Pues bueno, he aquí la segunda parte de la historia xD



Capítulo segundo: "Lo que el tiempo se había llevado"


Bajé las escaleras y caminé hasta la cocina, donde me esperaba un gran desayuno, de esos que mi hermano siempre hacía.

- Buen día chiquilla -dijo mientras se asomaba por detrás de las páginas del periódico para mirarme y sonreírme.

- Buen día -respondí apagada mientras comía despacio, claro que lo notó en seguida. Aquel sueño se había repetido con frecuencia los últimos días.

- ¿Ocurre algo Katy? -preguntó con un tono de preocupación- ¿te sientes bien?

- Si, no te preocupes, estoy perfectamente, sólo algo cansada, es todo -dejé de lado el desayuno y se lo di para que lo terminara él o Bryan, que lo haría con gusto- es que no dormí muy bien anoche, pero ya sabes, cosas que pasan -dije mientras me alejaba de la concina y pasaba frente a Bryan que recién despertaba.

- Si, se notaba -dijo mi tío mientras me saludaba, yo lo miré confundida- hablabas mucho dormida anoche... casi no me dejaste pegar un ojo -siguió, riendo un poco.

- ¿D-de veras? -pregunté atónita- Alex, ¿tú también me oíste? - luego recordé que su habitación no estaba junto a la mía como la de Bryan. Negó con la cabeza mientras seguía leyendo.

Miré a Bryan mientras se acomodaba y mi hermano le pasaba mi desayuno. Me senté junto a él.

- Cuéntame –le dije ansiosa.

- Claro -dijo un poco confundido y dormido- ¿Qué quieres que te cuente exactamente? -preguntó tan confuso que no pude evitar reírme con ganas- ¡eh! te he hecho reír, aunque no sé por qué -se rascó la cabeza en forma de broma.

- Tonto -exclamé- dime lo que decía dormida, por favor -respondí todavía riendo un poco.

- ¡Oh! claro, pues... a ver -se quedó callado un buen rato pensando, yo sólo esperé- no recuerdo -dijo por fin, con tono arrepentido.

- Oh... está bien, ya lo recordarás –me limité a decirle, como consuelo y me fui afuera con los caballos.

Todos estaban tan espléndidos como siempre. Saludé a todos, especialmente a mí consentido, Soni. Me dediqué todo parte del día a entrenarlo, aunque realmente era un santo cuando yo lo montaba, a pesar de su corta edad de 3 años, y me encantaba pasar tiempo con él. No me permitía pensar en otras cosas.

Por la noche nos quedamos hasta tarde mirando una película de terror con Bryan, ya que mi hermano se quedó organizando papeleríos y cuentas pendientes.

Eso no me agradó en lo absoluto, aunque por otro lado me relajó bastante: Alex trabajaba demasiado a veces y eso era molesto, además que me encantaba pasar tiempo con él, sin mencionar que mi tío era un completo cobarde, aunque fuera sólo en las películas de horror. Por otro lado, era bueno que estuviera bien organizado y al tanto de todo, además era rápido para esos asuntos... y cada vez que miramos juntos este tipo de películas, pues, le dedica más tiempo a asustarnos que a prestarle atención a la trama.

En fin, todos nos acostamos a la misma hora y yo estaba indecisa, ya que no quería volver a soñar con aquella persona, así que podía quedarme frente al monitor despierta toda la noche, aunque ya era de madrugada. Pero algo en mí quería volver a verlo. Al final me ganó el sueño, así que me arriesgué a cerrar los ojos y dormir.



Volví al bosque, comencé a caminar intuitivamente y llegué al claro, como la primera vez, por más que no quería. Y allí estaba él a unos metros de mí, observándome, sonriendo, apenas lograba verle el rostro. Se acercó lentamente hasta donde estaba y me volvió a petrificar con su mirada. Trató de tomar mis manos temblorosas pero yo las saqué bruscamente sin pensarlo.

- Kate –dijo, al parecer algo decepcionado- no tengas miedo, no te haré daño, ¿no me recuerdas, acaso? -preguntó con la voz entrecortada, incluso confundida. Yo solo negué con la cabeza, sin lograr articular una palabra. Su mirada se volvió más triste y se quedó mirándome... no podía apartar los ojos, aquellos suyos me resultaban tan familiares y tan fuera de este mundo como la confianza que me comenzaba a inspirar su presencia.

- Soy yo -dijo hablando casi en un susurro- Jason, Kate, soy Jason -apenas sonrió al pronunciar esas palabras que me dejaron boquiabierta- ya lo recordaste, ¿verdad? -preguntó con una chispa pícara en su voz y su mirar. ¡Claro que me acordaba de quien era! Jason... me había olvidado completamente de él durante mucho tiempo, pues no lo necesité más a los siete años, cuándo comenzó a resultarme extraño tener un amigo imaginario, por más perfecto que fuera. Había a parecido cuando yo tenía 3 años y Leonard, es decir mi papá, había muerto, aquel hombre de cabello castaño y ojos marrones se aparecía en mis sueños y me hacía sentir triste el no tenerlo cerca, entonces Jason había llenado ese vacío durante 4 años, pero ¿Por qué demonios estaba él allí, luego de tantos años y tan de repente? no comprendía nada, apenas recordaba su rostro, gracias a que lograba ver sus ojos. Se me nubló la vista y caí al suelo de rodillas, él no hizo ningún movimiento, de hecho parecía como si no lo hubiese notado.

- Me dejaste solo Kate -se lamentó- te olvidaste de mí, abandonándome durante 10 años, que se hicieron eternos -su voz no era como solía recordarla, seguía siendo preciosa, claro, pero era más gruesa y sus palabras no eran las de un niño, ya no más- pero... -me miró nuevamente, y me estremecí, el dejó ver su sonrisa, olvidando la tristeza- yo no te he olvidado Katherine, jamás lo hice... y jamás dejé de buscarte, ni de quererte -se agachó hasta quedar a la altura de mi rostro.

Me atrapó con su mirada, no podía moverme por más que lo intentara, era como si me hubiera hipnotizado.

- P-pero-t-tu-tú-n-no-existes... -logré decir, aturdida. Al parecer le resultó muy divertido mi tartamudeo.

- ¡Pero sí que eres tonta Kate!, claro que existo, aquí estoy -me dijo divertido. Sentía que iba a desmayarme. Los recuerdos de mi niñez, algunos tan borrosos dentro de mi mente, volvieron en un segundo tan claros como el agua.

Logré cerrar mis ojos y sacudí la cabeza. Sin abrirlos pude hablar.

- Y, ¿qué es lo que quieres? yo ya no soy una niña que se anda con amiguitos imaginarios, ¿sabes? -dije tan atropelladamente que ni yo comprendí bien lo que dije, pero Jason, al parecer, comprendió cada una de mis palabras. Rió con ganas, tomando mi rostro entre sus suaves manos y ese contacto me obligó a mirarlo. Me resultaba perturbadoramente bello, ¿de veras había creado yo ese muchacho?

- Niña, yo también he crecido y no soy ningún amiguito imaginario, soy completamente real al igual que tú -se acercó cada vez más a mi rostro inmóvil y, de golpe desapareció y yo desperté, agitada con el ruido de mi reloj despertador aturdiéndome los oídos. Lo apagué, me senté y respiré muy hondo. Estaba perpleja, mareada, triste y enojada... pero feliz. Sí, feliz por haber encontrado a tan hermoso recuerdo de la niñez o, ¿acaso me había encontrado él a mí? Tomé el papel que había encontrado hace varios días atrás y lo leí unas cien veces: “te encontré”.

No estaba segura de nada, excepto que algo en mi interior despertó y quería volver a verlo, pero por otro lado, esa misma idea me aterraba.

Espero que les guste :3

WIIII!!! Me confundí tantito con los nombres entre el tío y el hermano pero de ahí bien ;D

Jajajaja, que bueno xD jajaja, se viene el cap 3! LOL