Caballow-Sos
Bienvenido al Foro de Caballow Sos Donde encontraras todo para pasarlo bien y ayudarte en el juego de Caballow. Registrate ahora!
Caballow-Sos
Bienvenido al Foro de Caballow Sos Donde encontraras todo para pasarlo bien y ayudarte en el juego de Caballow. Registrate ahora!
Caballow-Sos
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.



 
ÍndicePortalBuscarÚltimas imágenesRegistrarseConectarse

Comparte | 
 

 Capítulo 3: "Lo inesperado"

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo 
AutorMensaje
nanito
Unicornio Legendario
Unicornio Legendario
nanito

Cantidad de envíos : 1534
Apodo Caballow : virginia
Fecha de inscripción : 29/08/2009

Capítulo 3: "Lo inesperado" _
MensajeTema: Capítulo 3: "Lo inesperado"   Capítulo 3: "Lo inesperado" Icon_minitimeMar Ago 02, 2011 4:13 pm

La tercera parte! x3





Capítulo tercero: "Lo inesperado"







Esa mañana fui al pueblo de compras. Me tocó ir a la panadería y pasar por la bicicleta de mi hermano. Busqué el negocio durante diez insoportables minutos y cuando por fin lo encontré parecía estar cerrado. Me puse roja como un tomate e insulté de arriba a abajo al pobre edificio. Me di media vuelta y comencé a volver con Alex y Bryan, cuando alguien gritó mi nombre y me giré de inmediato.

- ¡¡¡Katherine!!! -exclamó eufórico un simpático hombre mayor, canoso y de estatura baja: el señor Phater, o como me gustaba decirle a mí, Carl, mi padrino, el dueño del local "Bicicletas Phater".

- Carl -dije sonriendo anchamente y saludándolo con fuerza- estás hecho todo un viejo descuidado, ¿qué te pasó? -bromeé.

- ¡Si estoy en mis mejores días niña! -exclamó casi orgulloso- o en los últimos -bromeó y me acompañó al local para dejarme la bicicleta de Alex. Monté en ella mientras saludaba a mi padrino y me alejaba por el sendero de tierra.

En pocos minutos volví a la estancia y aparqué la bici a un lado del porche de le entrada, abrí la puerta y pasé por la cocina a dejarle los encargos de la panadería a mi pariente.

- Gracias linda -dijo sonriente, concentrado en lo que cocinaba.

- De nada torpe, algo se está quemando en el horno –contesté y reí distraída- ¡oh! tu bici está fuera, en la puerta.

- Genial, gracias Kate -se quedó callado y estuve a punto de irme- avísale al tío que casi está listo el almuerzo, ¿puedes? –dijo apagando apresuradamente el horno y sacando lo que había dentro.

- Claro, ahora voy -y me alejé de la cocina.

Le grité a Bryan mientras subía a mi habitación, al perecer escuchó y entendió el mensaje. Cerré la puerta y me puse a chequear mis e-mails, pero no podía dejar de pensar en Jason. Por más real que pareciera, estaba convencida de que era sólo un sueño, un “deseo de mi corazón”... y lo cierto es que no quería esperar para que ese deseo se cumpliera, pero una siesta no sirvió de nada excepto para no dejarme dormir ya de noche.

No dejé de darle vueltas a mi cama durante unas horas hasta que logré dormirme.



Miré a Jason, el cual me estaba esperando. Se encontraba sentado sobre las flores en medio del prado, sonriendo… me sonreía. Fui hasta donde él se encontraba y lo saludé con la mano. Me devolvió el saludo con ganas.

- Hola Jason –dije apenas sonriendo, intimidada ante su mirada.

- Hola Kate –respondió dulcemente, sin miedo ni vergüenza- ven conmigo –dijo mientras me ofrecía la mano. La tomé y me acomodé a su lado entre las coloridas y perfumadas flores.

Jason tomó mi mano entre las suyas y la presionó suavemente contra sus cálidos labios.

Había cambiado demasiado todo este tiempo: estaba muchísimo más alto, me llevaba casi una cabeza, su rostro reflejaba la edad mayor a la perfección, su cabello estaba más largo y de un rubio muy claro, su voz era casi adulta al igual que su actitud, pero seguía teniendo esa chispa pícara en su forma de ser.

Noté como los músculos de sus brazos resaltaban al llevar una camisa sin mangas, y me reí al recordar lo esbelto y pequeño que solía ser.

- ¿Qué es tan gracioso Kate? –preguntó ansioso. Le contesté exactamente lo mismo que pensé y rió conmigo, era tan sólo un año mayor que yo.

Aquello se sentía tan verdadero, pero era obvio que no se acercaba ni un poco a la realidad, lo que me entristeció lo suficiente como para dejar caer una lágrima. Jay –como solía decirle- tomó mi cara entre sus cuidadosas manos y me puso frente a él, mirando directamente mis ojos color miel.

- Kate, ¿qué es lo que no comprendes? Yo soy real, muy real, hablo en serio. No soy sólo un sueño, lo único que debes hacer es encontrarme y sabes exactamente cómo – le mostré indignación y se puso algo serio, se quedó sosteniendo mi rostro varios segundos.

- Ay, Kate, en serio te he echado mucho de menos –exclamó en voz baja y acercó mi rostro aún más al suyo- eres mi razón de ser -cerró los ojos un momento, liberando mi rostro y esperó mi respuesta.

- También te extrañé, siento haberte abandonado de esa forma, es que… -lo pensé bien- no creí que fueras más que un simple producto de mi imaginación, una ilusión, algo irreal -bajé la mirada al suelo y continué sin mirarlo, fui un tanto fría con esas palabras- sigo sin comprender como puede ser esto posible, es decir, ¿cómo es que existes? Si es realmente así entonces, ¿por qué sólo te veo en mis sueños? -noté que suspiraba con desilusión, pero no quería mirarlo- no me mal interpretes Jay, realmente quiero que seas real, quiero creerlo, pero ¿cómo? –mi voz sonaba confusa y me arriesgué a mirar a esa persona que había enmudecido.

- Kate, entiéndelo: yo-soy-real –dijo, casi furioso de tanto repetirlo- pronto estaré contigo –su voz cambió a una tierna melodía- ya te lo dije, sabes cómo encontrarme, lo prometo –y me besó en la mejilla.

Estaba un poco tensa, incluso asustada. Había olvidado que mi chico perfecto tenía ciertos desperfectos, como ser tan intrépido e incógnito. Pero me resultaba tan encantador que apenas le di importancia y me dediqué a acurrucarme en su pecho por puro instinto. Él me contuvo en sus brazos fuertemente pero delicado a la vez mientras me acariciaba el cabello.

- Deberías dejártelo crecer –dijo tirando despacio de él- te sienta bien, pero extraño cuando está largo y enredado –rió, supongo que al recordar cuando luchaba para cepillarlo en las mañanas y él, como siempre, intentando ayudarme a arreglarlo.

- Supongo que sí –respondí, aún entre sus brazos con los ojos entrecerrados- a mí también me gustaba pero suponía un terrible esfuerzo, además no es tan malo cambiar el look de vez en cuando –reí y suspiré. Con él me sentía protegida, de pequeña siempre había sido así, y ambos estábamos completamente felices. Pero algo en todo ese tiempo había cambiado, después de todo habíamos crecido, y yo, al haber pasado tantos años ya no quería encariñarme con un sueño aunque me dije que siempre lo amaría porque él prometió lo mismo. Al parecer me leía los pensamientos, ya que estaba dentro de mi mente.

- Kate, ¿acaso dudas de que yo te amo? O, ¿es que tú crees que ya no me amas? –preguntó preocupado, incluso hasta asustado de mi respuesta.

- Creo que no estoy segura de estar enamorada de ti Jay -dije triste, pues aun así lo quería muchísimo- supongo que no creí jamás volver a verte –señalé especialmente esa última palabra. Pero me arrepentí tanto de eso que me dio miedo su posible reacción, fuese cual fuese. Herir sus sentimientos era lo último que quería hacer en ese momento.

- Comprendo –dijo sin resentimiento alguno- no te preocupes, haré lo que sea para que te enamores de mí otra vez –respondió con una sonrisa que me resultó aterradoramente encantadora.

- O tal vez podrías intentar no amarme, ¿no crees? Quiero decir, no creo que estemos para estos juegos de niños, ya pasó demasiado tiempo y pienso que esto no funcionaría –dije decidida, estaba a punto de agregar “sin mencionar que no existes” pero no pareció que hiciera falta ya.

Él rió con ganas y me soltó, yo me alejé despacio.

- Tú me creaste Katherine, ¿acaso crees que dejaré de ser tan persistente? Me hiciste lo que soy y tengo un solo propósito: amarte. Ahora es lo que más ansío y no puedo cambiar, ni siquiera voy a intentarlo –volvió a sonreír de tal forma que sentí que se me paralizaba el corazón.

Podía influir en mí con tanta facilidad que resultaba muy molesto, pero claro que a él le divertía y lo disfrutaba con cada parte de su ser.

- Y, ¿no te parece si somos amigos? –logré decir sin que yo misma pudiese convencerme de eso.

- Por supuesto Kate, ¡seguro! –dijo con sarcasmo, levantándose de una salto- ni lo sueñes cariño, eso nunca pasará –parecía sonreír casi diabólicamente.

Me dio la mano y me levantó frente a él tomando una de mis manos y con la otra mi rostro pensativo.

- Relájate ¿quieres? –dijo sonriendo y acercándose cada vez más. De pronto ya no me sentía tan cómoda junto a él.

¡No!, ¿qué hacía?, quería gritar, moverme, quitarme del camino pero no podía hacerlo, ahora mi cuerpo había dejado de funcionar. Jason presionó suavemente sus labios sobre los míos, pero se apartó enseguida mirándome a los ojos, desconcertado.

- Te veré luego –entornó una media sonrisa y desapareció mientras reía con todas sus ganas.

Alguien comenzó a moverme con fuerza.

- ¡Katherine! Despierta, por el amor de Dios, Katy ¡reacciona! –mi hermano gritaba y me sacudía.

- ¡Alex, basta!, ¿¡te quieres tranquilizar ya!? –le dije quitándolo de en sima.

- No es mi culpa que no despertaras –suspiró, aliviado y comenzó a reír- ¿con qué soñabas que gritabas tanto linda?, ¿estás bien?, ¿acaso te perseguía un monstruo? –bromeó, pero le ignoré y me quedé muda, ¿gritaba?, ¿¡por qué gritaba allí pero no en mí sueño!?

- No… –mentí y me levanté de la cama- voy a bañarme, te veo luego –agarré las cosas y me metí en el baño mientras Alex gritaba fuera.

- Hoy tienes trabajo Katy, unos parientes del tío llamaron y dijeron que querían una cabalgata de medio día, ¿sí? No te olvides –y se fue sin siquiera dejarme contestar, aunque le hubiese dicho que sí de todas formas, con lo que me gustaban esas excursiones.

Mientras me duchaba me quedé pensando en las palabras de Jason: “lo único que debes hacer es encontrarme y sabes exactamente cómo”.

Según él yo lo sabía, pero eso no era posible… creo.

Al fin y al cabo dejé de darle vueltas al asunto e intentar concentrarme en la excursión de hoy: dos adultos, dos niños de ocho y una niña de diez, así que necesitaba 5 caballos más el mío. Supongo que podíamos hacer el camino del descampado hasta el segundo arroyo para hacer unas cuatro, tal vez cinco horas entre ida y vuelta.

Bajé las escaleras tratando de no concentrarme en otra cosa más que en la cabalgata, para no pensar en Jason.

No desayuné y fui directo a preparar a Alba, Kayla, Sibarita, Pan dulce y Soñador.

Los dejé con las monturas y bozal en el corral grande. Cuando llegara la familia les pondría las cabezadas y les ajustaría las cinchas, pero mientras no quería incomodarlos mucho. Me tomé mi tiempo con ellos para terminar tardándome una hora en total.

Volví a la casa a esperar a la familia, que llegarían en media hora, si es que eran personas puntuales.

- ¡Oye! Katy, ¿no piensas a desayunar? –preguntó mi hermano un tanto extrañado.

- No, estoy bien, es que no tengo hambre, pero gracias de todas formas –dije desganada- ahora voy a despertar al tío para que lo coma –agregué y subí las escaleras hacia su habitación. Entré y me tiré sobre él, le quité las sabanas y comencé a sacudirlo.

­­­­- ¡¡Despierta!! ¡Tío, se incendia la casa! –obviamente mentirle era una de las pocas formas de despertarlo.

- ¡Ya desperté, ya desperté! –gritó saltando de la cama y corriendo escaleras abajo a una velocidad que yo no conocía. Fui tras él.

- Es que sabía que no te despertarías, lo siento tío –le dije riendo y volviendo a mi habitación.

- Oh… -exclamó y no le dio más importancia. Se fue a la cocina a comerse mi desayuno, en cambio yo me tiré en mi cama y revisé los emails. Al terminar bajé nuevamente a revisar el correo y encontré una carta de mamá. La abrí:





Querida Katy:

Quería enviarte un email, pero no aprendí cómo aún así que no me quedó otra opción que enviarte esta carta. En fin, quería avisarte que olvidaste tu móvil en casa. Creo que saliste demasiado deprisa y no te diste cuenta… si quieres puedo llevártelo y quedarme hasta la tarde, aunque supongo que eso también te molestaría, ya que no me quieres jaja, llámame, si? Al menos dile a tu hermano que lo haga. Besos y abrazos.

Te ama, mamá.



Supuse que llamarla tampoco me haría mucho daño, pero debería hacerlo luego de la cabalgata, sino estaríamos hablando demasiado tiempo y no me dejaría irme. Guardé la carta y me puse a ver un poco de tele sentada en el sillón del comedor, ya que quería estar ocupada para no dejar que mi menta vagara y pensara en él.

Alguien llamó a la puerta, supuse que habían llegado los clientes. Tomé un saco y la mochila con las cosas esenciales antes de recibirlos.

Alex y Bryan también nos acompañaron hasta el corral para ayudarme a preparar más rápido a los caballos, recordé que no le había puesto montura a Soni y tal vez no quedaría muy bien, pero él no estaba acostumbrado a las que usábamos para los paseos, así que le puse la silla y cabezada que usábamos para practicar salto. Ya estábamos todos montados y listos así que me puse encabezando la tanda de caballos y partimos por el sendero.

De vez en cuando alguno preguntaba cosas sobre el lugar, otras sobre el negocio de la familia que suponía la renta de las cabañas y también un poco sobre los caballos y por qué llevaba yo un equipo totalmente distinto al de ellos. Contesté sus preguntas y les conté un poco de historia sobre el lugar.

Llegamos hasta el primer arroyo y durante todo el camino el hombre, que tenía aspecto importante, se dedicó a sacar fotos al paisaje y a su familia; la mujer, pintando a ser una persona alegre, a bombardearme de preguntas de temas variados; los niños, al parecer gemelos, a discutir entre ellos y la niña, tenía un aspecto angelical, con unos rizos rubios cayendo sobre el lomo de Alba, la yegua a quién le hablaba.

- ¿A sí qué tú eres la sobrina de Bryan? –preguntó sonriente, sus ojos celestes resaltaban con su cabello castaño oscuro, me recordaba a mi tío- Eso es genial, una suerte sin duda -yo sólo reí ante el comentario- Y cuéntame, ¿estás soltera o tienes novio? –preguntó ansiosa y sonriente. Me quedé atónita por esa pregunta tan inesperada, esta mujer, Anne, cambiaba de tema muy rápido- por favor, dime, te juro que nadie se enterará, te doy mi palabra –dijo levantando una mano y llevándosela al pecho, donde estaba ubicado su corazón.

- Bueno, pues no, no tengo novio –dije extrañada- , eh, ¿a qué se debe esa pregunta, Anne? –pregunté, aún confusa. Ella rompió a reír.

- No es nada, es sólo que Jack –refiriéndose a su marido- y yo tenemos un hijo más, que no quiso acompañarnos hoy porque un amigo que vive cerca lo invitó a pasar el día en su estancia –contestó mirándome con esperanza- yo creo que ambos se llevarían muy bien, ¿sabes? –sonrió y se volvió para decirle a sus hijos que dejaran de pelear. En tanto, yo me quedé pensando cómo cambiar de tema.

- Anne, ¿no somos algo así como parientes? No me convence mucho la idea de conocerlo, no es que no me agrades tú o tú familia, pero no lo creo… correcto –quería pasarme estos meses tranquila, y el único chico que quería conocer era Jason, aunque tenía mis serias dudas sobre ese asunto.

- Entiendo linda –dijo ella sonriendo tranquila- no te preocupes, aunque no somos parientes en realidad, sólo amigos muy cercanos de tu tío –la mujer dejó el asunto y cambió de tema… otra vez.

Por fin llegamos al segundo arroyo. Paramos para contemplar el paisaje y sacar fotos, mientras los caballos bebían agua.

Comenzamos el viaje de vuelta enseguida. Este fue más tranquilo, silencioso y, por supuesto, más agradable.

Llegamos de nuevo a la estancia luego de 2 horas, y ayudé a todos a bajar de los caballos, fueron dentro de la casa para tomar algo mientras yo les quitaba el equipo a todos los caballos y los soltaba en el prado con el resto. Se hacía tarde, pero me decidí y le deje la cabezada a Soni.

- Nosotros daremos otra vuelta, por el bosque –le susurré casi en el oído, subiéndome a su lomo desnudo y partimos al galope hacia el bosque. Sólo me aseguré que no nos vieran alejarnos.
Volver arriba Ir abajo
nanito
Unicornio Legendario
Unicornio Legendario
nanito

Cantidad de envíos : 1534
Apodo Caballow : virginia
Fecha de inscripción : 29/08/2009

Capítulo 3: "Lo inesperado" _
MensajeTema: Re: Capítulo 3: "Lo inesperado"   Capítulo 3: "Lo inesperado" Icon_minitimeMar Ago 02, 2011 4:16 pm

Ok, este se hizo largo :S
Volver arriba Ir abajo
 

Capítulo 3: "Lo inesperado"

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba 
Página 1 de 1.

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
Caballow-Sos :: Rincones Personales :: De la M a la Z :: nanito-
Cambiar a: