Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Hice caso a las palabras de Nadya, cerré mis ojos, y comenzé a dormir.

Le acaricié el cuello con mi morro y me tumbé a su lado, lista por si acaso. Escuché a unos lobos a la distancia, por lo que me puse de pie y encaré a la manada. Tomé forma de fénix y sólo con verme se asustaron, pero los mordí y ataqué a todos.

Escuché una pelea allí afuera. Demasiados ladridos y gruñidos, provocaron que me despertara. Ví a Nadya atacando a una manada de lobos.
-Na-Nady...- Dije casi en un susurro. Traté de levantarme pero no hubo caso, mis músculos estaban paralisados.

Finalmente reduje a cenizas al último, y me apresuré a regresar al lado de Maya al escuchar mi nombre por parte de ella. Pasé a forma equina y le hablé con suavidad.
-Shh...-susurré.-Ya pasó. Iré por hojas-anuncié, di media vuelta y busqué hojas curativas; quizá le fueran de alguna ayuda.

Esperé pacientemente al regreso de Nadya.
Dos luces se aparecieron frente amí, y junto a ellas, dos humanos... Pero no lo parecían, ¿acaso eran vampiros como yo?
-Rosario, Maya... Mis pequeñas...- Dijo la vampiresa acercándose y abrazándome con sus fríos, pero para mí, cálidos brazos.
-¿Mamá...?- Pregunté.
-Sí... Somos nosotros, simplemente adoptamos la forma en la cual tu estas transformada, en este caso, vampiros... Menos mal que estás bien...- Dijo mi padre.

Abrazé a mi madre. Me dieron fuerza, y los dolores iban desapareciendo.
Observé las nuevas formas de mis padres, ambas eran hermosas:
Mi madre tenía un pelo realmente largo, diría que un poco más corto que el de Rapunzel, pero no lo arrastraba; un hermoso pelo plateado con mechas blancas. Una piel suave, y fría y unos hermosos ojos rojos, con una pupila blanca.

Mi padre, por su parte, tenía pelo corto, rojo, con mechas plateadas. Una piel resistente y fría, con ojos rojos y una pupila amarilla.

Regresé, pero yo no pude ver a los padres de Maya más que en su mente. De ahí deduje que estaba inconsciente, por lo que en el mayor silencio le coloqué las hojas alrededor de sus heridas y sobre ellas igual; aunque ya no venía siendo tan necesario pues había sanado casi por completo.

Desperté. Ví que Nadya estaba colocando hojas curativas con mucho silencio y suavidad. Me levanté, y le abrazé.
-Gracias...- Susurré sonriendo levemente.

-No hay de qué-respondí alzando la voz y sonriendo de oreja a oreja.

Deshise aquel abrazo, me recosté nuevamente, y me dormí junto a Nadya, con un rostro angelical

Me deirigí a mis amigas, guardando distancia, parecía que estaban mejor entre ellas.

-Ven, Cali-lo llamé entre risas. Me levanté, pues estaba tumbada al lado de Maya. Me sacudí con fuerza para deshacerme de las ramitas y hojas secas que se habían pegado a mis crines y a mi pelaje, lo cual me sacó una sonrisa.

Sonreí a verla.
- Chist, que sucia -bromeé y le di toquecitos en la cara, cerca de cuello

Lo empujé en son de pelea, pero amigable.
-Luché contra una manada de lobos, no me critiques por mi aspecto-me quejé entre risas.

Reí con ganas.
- Oh, disculpe usted, soñirita guerrera -le bromeé, despeinándola al cubrirle la cabea con un ala.

Desperté de aquel sueño. Ví a Nadya con Calisto.
-¿Calisto...?- Pregunté con una voz sumamente débil.

- Sí, Maya -respondí cálidamente. Se la veía muy dormida aún.

Me levanté con algo de dificultad.
-Ah, estoy algo dormida...- Dije tambaleándome. Cerré mis ojos por un momento, perdí el equilibrio, y en esos instantes en los cuales caía en el suelo, recordé... Un recuerdo fugaz...

- ¡Maya! -la atrapé en el aire, sobre mi lomo aplastándo mis alas- tranquila, depacio, ¿te mereaste?

-Eh... Gracias...- Dije con un tono algo tambaleado. -Estoy bien... Sólo estoy algo cansada porque...- Vacilé por un instante. -Porque la oscuridad corrompió mi corazón... Pero por suerte Nadya pudo con esa oscuridad... Sólo... Me... Siento... Cansa...- No acabé mi frase. Quedé, simplemente, dormida en el lomo de Calisto.

-Y no fue fácil-añadí con un susurro. Retiré con suavidad el ala de Calisto, poniendo mi propio cuerpo entre el suelo y el cuello de Maya.

Me desperté. Ya era de noche. La luna era hermosa, estaba en su fase de Luna Llena. El brillo, el cálido, pero a su vez frío brillo, iluminaba mi rostro.
Me levanté sin dificultad, tenía, tenía necesidad de algo...

Me puse en el centro de aquel prado mágico y me arrodillé. Puse mis manos, alrededor de mi pecho, formando un círculo; cerré mis ojos, y aquel círculo comenzó a brillar.

Suspiré de alivio, sin interferir. Me quedé ahí como boba, contemplando la escena.

Una parte de mí, una parte de carne de mi cuerpo, alma y mente, se despegó de mí, tomando una forma algo familiar. Una forma de un rosario. Un collar negro se ató a mi cuello, con 4 cortas y mini cadenas. Otra cadena, salía de el centro del collar, atando el rosario.

Abrí mis ojos, como si estuviera estado dormida todo ese tiempo. Ví mi rosario, atado a mi cuello, como si nada. Sonreí levemente, me dí cuenta del poder que tenía aquel rosario.

Me levanté, y me recosté junto a Nadya, durmiéndome nuevamente.

Sonreí, al fin su sed se aplacaría...o al menos eso creía, dormida no podía ver más que sus sueños...siempre soñaba con aquel claro.
Me tumbé a su lado e intenté conciliar el sueño.

-No Nady...- Dije entre realidad y sueños. -Este rosario... No aplaca mi sed... Sólo... Sella mi verdadera naturaleza vampírica... Ehm...- Dije finalmente durmiéndome acurrucada.

Los primeros cálidos rayos del Sol, anunciaban el amanecer. Desperté, como todas las mañanas pero algo había cambiado, algo. Le resté importancia y fui a beber algo de agua.