¿Qué es el Infierno? El Infierno no es más que la eterna separación de Dios que elige el alma voluntariamente por sus malos actos. No es un lugar árido lleno de fuego y demonios que nos pinchan con largos y ponzoñosos tridentes. No es una sofocante caverna sembrada de lava y fuego donde los pecadores son torturados. Esa imagen del Infierno la crearon los hombres, no Dios. Y la crearon tan bien que, pese a que ninguno quiere caer en ella, la repetimos constantemente.
Mi nombre es Aidan Conti, estoy vivo, pero estoy vivo en el Infierno. Todos los días brego con enormes llamaradas letales que surgen a mi lado de repente sin previo aviso, tengo miedo de asomar la cabeza por si veo una de estas llamaradas demasiado cerc. Todos los días estoy enterrado en una cueva de tierra compartida con otros veinte hombres, asfixiado por el polvo y apestados por los insectos y los piojos. Todos los días duermo sobre el suelo oyendo de fondo los gritos de los condenados y el fuego abrasador chisporroteando sobre mí. Todos los días me levanto dolorido pero agradecido, porque no sé si volveré a despertarme. Todos los días temo que demonios con afiladas cuchillas montadas en largos palos me ataquen mientras duermo. Bajo este sol abrasador beber es una necesidad de primera pero nunca atendida y comer algo decente, un lujo. Cada día me encuentro con condenados, como yo, que han pagado parte de sus culpas con una pierna o un brazo pero siguen allí, conmigo, en el Infierno.
Todos los días contemplo un yermo árido, sin una gota de vida en la tierra ardiente y sacudida por las llamaradas, todos los días veo un sol muriente apestado por una nube de cenizas. He aprendido a vivir en el Infierno.
Mi nombre es Aidan Conti, teniente de la 501 en las trincheras...