Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

-Espero que estés bien...- Dije algo preocupada. -¿Quieres beber algo... O comer algo...?

Creo que me preocupaba mucho por Nadya... Pero era mi hermana, aunque no de sangre, pero seguía siéndolo... Mi pequeña Nady...

Me tumbé a su lado y cerré mis ojos.

Negué con la cabeza. Sólo necesitaba dormir...pero estaba completamente muda. Recliné con cuidado mi cabeza en el suelo y descansé un poco.

Que paz... Nunca estuve con tal paz en mi vida. Me acordé de mis plumas; le pedí amablemente a Aphaia que me diera una de mis plumas y la puse en el interior de Nadya. Esa pluma tenía el poder de poder dejar libre al cuerpo y mente de venenos, parálisis u otros hechizos/poderes o simplemente del cansancio.

-No te la vayas a quitar...- Dije sonriendo dulcemente.

Sonreí entre sueños al leer la paz de Maya, pero no pude hacer mucho. Dormí profundamente, pero sin hacer el menor ruido, dándome una apariencia como muerta; pero en realidad estaba despierta.

Hice el menor ruido al levantarme, caminé lenta y pafíficamente hacia el lago, bebí un poco de agua y me alejé, recorriendo la orilla. Caminé toda la noche, una buena distancia, algunos kilómetros. Encontré, cerca de una hermosa cascada, unapequeña cueva, muy bonita, de aspecto alegre, era extraño y llamba mucho la atención. Nadé al otro lado y me metí dentro.
No dejaba de pensar en Quirina, pero con mucha felicidad.

Desperté de aquel sueño. Tenía algo de calor, a pesar de que el invierno estaba acercándose rápidamente. Me sambullí en el lago que estaba cerca, transformándome en Afrodita.

Nadé felizmente en el lago. Darse un buen chapusón y nadar en el lago, era refrescante; limiaba mi mente y se deshacía de las impurezas.

En el fondo ví una pequeñísima cueva. Afrodita no pasaba por aquella cueva, por lo que me convertí en agua y me metí en la cueva.

Abrí los ojos con dificultad, me pesaban bastante los párpados pero quería levantarme a comer algo. Mi estómago estaba de protesta al igual que mi garganta, necesitaba comer y beber algo. Me levanté, teniendo todo el cuerpo entumido, pero me sentía bien a pesar de todo.

Salí de la cueva y me incliné para pastar.

Era una cueva... Algo extraña... Habían... Habían... Muchos peces... Pero mis ojos se quedaron como platos, ¡Eran...!
-¿Peces que vuelan xD? Hace mucho que no veía estos peces...- Dije. Sí... Eran peces que volaban, tenían alas a sus costados.

Salí de aquella cueva, luego me transformé en Afrodita. Salí del lago de un salto, transformándome en Maya y tumbandome.

Quirina se hizo presente, era casi transparente, con una aurora blanca rodeándola cómo a un ángel.

- Tal cual... -susurré con una enorme sonrrisa- siempre fuiste la preferida de todos, llena de pretendientes -bromeé- Zashee y yo siempre alejándolos -reí con ganas ante el recuerdo.

"Si" respondió, riendo también "ahora será más fácil visitarte gracias a todo lo que ha pasado, se me a permitido ser tu ángel guardían" dijo con total alegría "pero ahora me voy, igual no te preocupes, me verás muy a menudo..."

Se alejó hasta desaparecer, ella nunca rompería una promesa, por lo que volví, tranquilo y sumamente feliz.

Seguía cansada y agotada, aunque había dormido un buen rato. Tuve que tumbarme en el pasto cerca del lago, gracias a lo cual vi mi reflejo: ojos apagados, crines enredadas y llenas de hojas secas, mirada destrozada. Resoplé y aparté la cabeza, reclinando mi cuello contra el pasto.

Vi a Nady tumbada y corrí hacia ella, me tumbé de golpe a su lado.

- Nady -susurré con un tono alegre y cariñoso, uno que solía levantar el ánimo, en el que se reflejaban las verdaderas ganas de vivir- ¿ocurre algo? -miré con cuidado- ¿te duele algo, te sientes mal? -.

Eché las orejas hacia atrás al escuchar su voz. Yo no no sería quien le reventaría la burbuja de felicidad.

-Estoy bien...sólo un poco cansada-dije con una voz hueca, que no reflejaba nada. Me puse de pie y me dediqué a pastar, apenas abriendo el hocico y con los ojos entrecerrados.

Ladeé la cabeza, me quede allí en el suelo.

- Nady... -susurré sólo para mí- Nady, no estás bien realmente, ¿cierto? -me paré muy despacio, peor era para mí dejarlo pasar- dime que ocurre... -susurré, casi con timidez.

Noté su cambio de voz. No estaba bien que dos se sintieran mal por mi culpa.

-De verdad estoy bien-afirmé con una sonrisa en el rostro, modificando lo necesario en mi tono para sonar creíble. Mi sonrisa se tornó verdadera cuando descubrí que había logradi fingir a la perfección.

Suspiré, no estaba seguro si creerle, sino ¿a qué se devía su humor hace unos momentos?, tal vez no quería hablar de ello, por lo que la dejé en paz. Me alejé depacio hacia el lago.

- Si hay algo de lo que necesites hblar -dije girando la cabeza hacia su dirección- o necesitas algo, házmelo saber -sonreí con dulzura y le guiñé un ojo, como para intentar animarla- voy a tomar un baño.

Desperté de ese sueño, me había quedado dormida. El atardecer estaba terminando... Aquella gama de colores... Y también, la noche me acechaba. Alzé vuelo en forma de Maye y fui hacia donde estaban Nadya y Calisto.

Al llegar, me oculté rápidamente detrás de una roca escuchándo la conversación de Nadya y Calisto. No quería molestarles por lo que me convertí en Kazeno, y estaba a punto de saltar. Me susurré a mí misma, en un tono que sólo yo podía escuchar que, al menos de que quisieran que mi presencia estuviera allí, yo me iría. Finalmente salté.

-Ajá-respondí en voz baja, casi entre dientes. Una vez que se alejó lo suficiente, vinieron de golpe los recuerdos más tristes: la agonía de mi madre consumida entre las llamas, el último golpe de mi padre para defenderme de mis hermanos; los cuales, yendo con antorchas en los hocicos, iban quemando lentamente el claro. Sus ojos rojos, destellando ira y venganza, ocuparon toda mi mente. Lo único que me calmó un poco fue el verlos descansar, como momentos antes, con ojos de alegría, azules.

Recordé también mis noches que pasaba perdida entre el bosque, aterrorizada y gimiendo el regreso de mis padres. En aquel entonces, era apenas una potranca. Mi encuentro con Jade, aquella yegua platina, apenas unos meses más grandes que yo, y la alegría que me trajo inundó mi mente. Sus ojos de un verde esmeralda intenso me trajeron agradables recuerdos, los juegos juntas, las risas y los momentos de alegría me levantaron un poco el ánimo; pero me derrumbé al instante recordando al lobo negro, de ojos sin brillo, que acabó con su vida en un instante.

Me apoyé contra un tronco, desconsolada y triste. Lo que en aquellos tiempos me había traído alegrías, ahora sólo me torturaba un poco más.

Me transformé en Maya al aterrizar en el suelo. Bebí un poco de agua, tomé carrera y me sambullí en el lago... El agua últimamente estaba en un estado puro, y su temperatura era perfecta.

De pronto comenzé a toser sangre. ¿Qué demonios pasaba? Desde que me había transformado en Moonlight, no paraba de toser mi propia sangre. Fui yendo a la otra punta del lago, puesto que veía que Calisto se acercaba. Dejé un rastro de sangre, pero no me dí cuenta. Salí del lago y fui corriendo hacia el bosque, dejando pequeñas gotas de sangre en el suelo.

Me di un buen chapuzón, me tomé mi tiempo, me puse a pensar en muchas cosas y reordenar mis pensamientos. Ví a Quirina nuevamente y sonreí de oreja a oreja al poder contemplar a aquella maravillosa criatura, pero no me miraba, caminaba en dirección a Nadya. Probablemente sabía lo que le sucedía e iba a hablar con ella, consolarla... me quedé un rato más para esperar. Por mi parte seguí el rastro de Maya...

Miré a Quirina acercarse, la auténtica, por lo que me asusté un poco; pero se me pasó al instante.

-Hola...-saludé, con la misma voz muerta.

El rastro de sangre de Maya llegaba lejos, no sabía hasta donde podría acabar. Pensé algo preocupado en Nadya, también.

"Hola Nady" saludó Quirina con la mejor y más tirna de las sonrisas "dime, pequeña ¿qué ocurre?" susurró con una voz angelical, con unos ojos angustiados y preocupados "puedes confiar en mí, lo sabes" afirmó dulcemente.

"Creo que me alejé lo suficiente" pensé. Mi apariencia cambiaba a humana, con aquellas orejas y cola de lobo. Me tapaba con mi mano mi boca, mi sangre directamente estaba saliendo, como si la estuviera vomitando, forzándo a salir. Lentamente comenzaron a aparecer varias colas, no solo una.

Mi apariencia cambió un poco; Alrededor de mi pierna izquierda, había una marca de unas raras plantas, finas y elegantes; eran de color rojo escarlata. Mis orejas cambiaron de color, o más o menos, diría yo: Ahora, eran orejas plateadas y el pelo dentro de mis orejas, era dorado; la punta de mi oreja derecha era negra, con un puntito blanco, y la izquierda, era blanca, con un puntito negro. Mis colas se multiplicaron, en total, tenía 5 colas. Cada una era distinta, era única:

Una, estaba echa de aire, otra, de fuego, otra, de agua, una de tierra, otra de metal.

"Conque esta es Horo..." Me dijo Aphaia.
"¿A qué te refieres?" Contesté.
"Moonlight, es una loba, pero Horo, es Moonlight... La única diferencia, es el carácter, que puede cambiar repentinamente, y el número de colas que tiene. ¿Lo ves? Tienes 5 colas, pero..." Alguien interrumpió a Aphaia, era Moonlight.
"Pero el número de colas, es infinito. Ahora tienes 5, porque controlas 5 elementos: Agua, tierra, fuego, aire y metal. A medida que aprendas diferentes elementos, las colas irán aumentando. Pero no hay un número definitivo de elementos, por lo que puedes llegar a tener más de 100 colas. Cuando llegues a tu séptima cola, no crecerán más colas a medida que aprendas los elementos, sinó sería algo incómodo tener tantas colas. En fin, alguien se acerca" Explicó y advirtió Moonlight.

Seguía tosiendo, en mi forma de Horo.

-Lo sé...-admití con voz pesada.-Simplemente, no me siento bien...-me tumbé, siempre apoyada contra aquel árbol grueso y resistente.

Al fin alcancé a Maya, pero ya no era ella, su aspecto era único, jamás había visto aquello, me quedé a unos metros mirándola fijamente, sin saber que hacer.

"Si necesitas hablar, Nady, descargar todo aquello que te hace mal, entonces hazlo, te hará sentir mejor" sonrií con cariño y se acercó hasta que la pudo cubrir con una de sus suaves y cuidadosas alas "de todas maneras, sabes que nadie te obliga" le dió un beso en la frente, como una madre preocupada y comenzó a cantar, casi en un susurro una canción de cuna, de melodía tierna y pura, que comenzó a sanar las heridas del cuerpo de Nadya y que llegaba al cor´´on de todos para tranquilizarlos.