Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Había escuchado un grito de Nadya, por lo que me asusté. Volé a toda velocidad, cambiando a Maym. Cuando llegué me alivió que estuviera bien junto a Calisto. De pronto sentí una fuerte atracción; dejé que mi cuerpo se moviera solo.

Avanzé y avanzé. Avanzé entre los naranjos y ví una fruta, madura en el suelo, con un brillo inigualable. La abrí. Dentro había una de mis plumas. Aphaia la puso en su interior, y volé para ir junto con Nadya y Calisto.

Maya llego, suspiré y la salude.
- No hay un día en el que estemos tranquilos, ¿verdad? -nromeé con una suave risilla-.

-Creo que si llega aquel día, confesaré mis secretos-le seguí la corriente, pero aquello iba más en serio de lo que podría imaginar.

Me acerqué hacia Nadya.
-¿Nadya, estás bien?- Dije algo preocupada. Tenía que irme deprisa, muy deprisa. -Calisto, la dejo en tus manos- Dije alzando vuelo nuevamente alejándome lo más posible. Mi apariencia iba acambiando.
"¿De nuevo necesitas sangre?" Dijo Aphaia soltando una risita.
"Shh... Sólo un poco... No puedo manejar por completo mi ansiedad de beber sangre" Dije algo preocupada.
"Deberías de ir a una ciudad de humanos... O al menos pedirle ayuda a los sabios lobos del norte"
"No lo sé... Mi boca dice que quiere la ciudad, pero mi mente dice que quiere ir con los sabios del norte..." Dije pensativa. Tomé, finalmente, una decisión y fui a ver a los sabios lobos del bosque, ya transformada en Rosario. Veía borroso debido a mi sed, por lo que le pregunté a Aphaia: "¿Puedes transformarte en un dragón, Aphaia?"~ "Sí, puedo, vuela alto y tírame despasio hacia el suelo" Dijo con confianza.

Y hací hice. La tiré suave y elegantemente hacia el suelo y en ese instante, Aphaia, se transformó en un dragón blanco como la Luna, con ojos rojos y dorados como el Sol. Me monté en Aphaia y fuimos directo hacia el norte.

Sacudí un poco la cabeza, no tuve tiempo de contestar. Mire a Nadya.
- ¿Secretos? -pregunté algo desepcionado-.

Incliné las orejas hacia atrás al ver su expresión de decepcionado, además de su voz.

-Eh...algo así-admití, sonrojándome de repente.

Quería cambiar de tema, pero no se me ocurría nada agradable que platicar...

Suspiré un tanto resignado y la miré con una cálida sonrisa.
- Secretos son secretos -la tranquilicé- todos tenemos algunos... -dirigí la mirada a lo lejos, bajando las orejas-.

Lo abracé fuerte con el cuello.
-Cambiando de tema...¿perdonarás a Zashee?-inquirí, deshaciendo mi abrazo y cubriéndome la espalda con las alas, gesto que solía hacer cuando estaba nerviosa.

Torcí un tanto la cabeza, volviendo a mirarla.
- Supongo... -no me convencía del todo, pero en el fondo jamás había dejado de querer a mi hermano, era obvio- las cosas que hizo... bueno ya sabes que no es moco de pavo, pero crep que todos merecemos una segunda oportunidad -bajé la cabeza y me reí de mis palabras en silencio.

Muy bien, sacar el tema a flote había sido pésima idea.
-Sufrió también él...pude verlo en su mente antes de que me bloqueara-comenté.-De todos modos, es decisión tuya-guiñé un ojo, como para animarlo.
-Por cierto, Maya sugirió que, no sé cómo, pero podríamos sacar a Perisa de ahí dentro-recordé, más o menos para cambiar de tema.
"Será decisión tuya y de él..."-había dicho.

¿Sacarla? ¿Hablaba de sacar a Perisa? ¿Quitarla de mi cuerpo? ¿Para siempre?
- ¿Q-qué quieres... decir con, bueno, sacarla exactamente? -lo comprendía, pero al mismo tiempo no, no tenía idea de como reaccionar a eso.

Incliné la cabeza.
-Si no quieres, no...-sonreí un poco.-La verdad es que no sé, ya sabes como es Maya...muy mítica...rara-finalicé con una mueca.

Me quedé intrigado por aquello, ¿cómo sería mi vida si Perisa se encontrara fuera de mi cuerpo? hice esta pregunta aviertamente a Nady, ya ue no sabía decirlo en vos alta. No sabía que pensar al respecto, miré a mi amiga con la cabeza gacha y los ojos llenos de duda e incluso algo de tristeza.

Lo miré con pesar.
-Si no quieres, no-repetí en un leve susurro.
-¿Se te ocurre algo para hacer? ¿Jugar? ¿Correr?-sugerí.

Seguí con la mirada fija en la nada, por lo que reaccioné tarde.
- Disculpa Nady, ¿vuelves a repetirlo? -pedí con el perdón en la cara- esque... ese tema... no me imagino, es decir... ¡quiero que Perisa desaparezca! -farbullé al fin- pero al mismo tiempo, le debo tanto... -estaba más perdido que turco en la niebla, retrocedí unos pasos- juguemos a las escondidad -sugerí.

-¿Sabes? Sería lo mejor preguntarle a Maya cuando regrese de sus cacerías sangrientas-hice una mueca de horror.-De todos modos, sus figuras para cambiar están limitadas a diez-añadí sin importancia.-Eh...muy bien, escondidas. ¿Cuentas tú o yo?-inquirí ladeando la cabeza.

- Escóndete -inquirí con una mirada ya más tranquila, pícara- comiezo. Uno, dos, tres.... -.

Alcé el vuelo sin hacer el más mínimo ruido. Pensaba esconderme en el bosque, entre la maleza espesa. No cambiaría de forma, lo consideraba la más mañosa trampa.
Elegí un árbol con un tronco grueso, lo suficiente como para resistir mi peso. Volé hacia la copa y me incliné contra la rama más pesada, manteniendome a flote con mis alas, sin hacer ruido, bien oculta por las ramas por todos lados.

- y... ¡veinte! -grité y salí corriendo en dirección al lago, luego hacia el bosque- te encontraré Nady ¡ya veras! -bromeé con voz malévola.

Me las arreglé como pude para contenerme la risa y mantenerme quieta, sin mover ni una hoja, para que no me descubriera.
Cuando se acercó lo suficiente, me elevé un poco sobre el árbol, esquivando las ramas con habilidad, casi como una danza. Llegué a la copa del árbol y volé a toda prisa hacia donde había comenzado a contar.

Miré hacia el cielo y corría atoda velocidad hacia el lugar de conteo, sin embargo con tanta maleza no era sencillo, no llegué antes que ella, pero no importó, reí y me le tiré en sima gritando "venganza".
- Te toca contar de todas formas -reí-.

Me caí doblando las patas, las cuales cedieron ante su peso.
-Eh...sí, cuento yo-me reí con ganas. Cambié a forma de águila, con lo que me zafar de su abrazo de oso. De todas maneras, cuidé que no cayera al suelo.
-Uno, dos...-conté, cambiando de nuevo a forma equina.

Reí con ganas y salí corriendo. Rodeé el lago para luego nadar hasta una cueva que parecía abrirse detrás de la cascada, allí me quedé , auqnue con el ruido del agua no era fácil de encontrarme tampoco lo era saber si venían a por mi.

-...diecinueve, ¡veinte!-exclamé. Ya que no podía leer su mente, me dejé llevar por su olor. Me condujo hasta el pie de lago, una cascada.
-Qué rayos...-comencé. De todas maneras, había perdido su olor, se mezclaba con el agua y ya no podía seguirle el rastro. Suspiré con resignación.
-Oh cielos, ¿dónde podrá estar mi querido amiguito?-me reí.

Retrocedí, tomé carrera y partí al vuelo a través de la cascada, tan rápido como pude.