Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

-Claro-dije guiñándole un ojo. Y qué mejor para enseñarle a volar a alguien que una águila, por lo que me transformé en una.

Estuvimos un buen rato, aprendiendo y enseñando, jugueteando y riendo, hasta que logró más o menos usarlas.

Lo felicité, al rato seguiríamos con lo demás. Volví a mi forma equina y comencé a pastar, desayunando de aquel pasto fresco y delicioso.

Desperté tranquilamente. Ví a Nadya enseñándole a volar a Calisto, y luego bajó a pastar. Me levanté despasio y me dirigí hacia Calisto -Menos mal que estás bien -Dije medio temblorosa. Comenzé a pastar junto a Nadya para recuperar fuerzas.

-Buen día Maya-dije con una sonrisa. Estaría de sobra saludar a Maye también, pues las dos eran una sola.

-Hola, Nadya. Creo que dormí bastante... Estuve buscándolos a los dos toda la noche desde que se fueron...-Expliqué. Luego de saludar a Nadya Me dirigí hacia Calisto.

-¿Estás bien? Tus heridas eran bastante graves... Pero al ver que estás como si nada...- Me sorprendí; las heridas de Calisto nisiquiera habían dejado sicatrices. "Debe de... Tener algún ser sobrenatural, demonio o monstruo, en su interior, nunca ví a alguien que curara tan rápido sus heridas..." pensé. "Salvo tú Maya" susurró Maye desde mi interior. "Lo sé Maye... Ten en cuenta que lo sé... Pero no eres tú enrealidad... Es un ser sobrenatural..." pensé para que Maye escuchara.

-Creo que te preocupas demasiado por Calisto- Dijo Maye.

-Lo sé, Maye... Lo sé... Es sólo que me preocupan mis compañer@s... No querría ver a alguien con un demonio dentro de su cuerpo...- Respondí tristemente.

-Maya... Ese sujeto... Tiene un demonio dentro de él... Cuando estaba purificando su alma... Tuve una visión fugaz... Como si nos conectáramos el uno al otro en un instante: Ví un demonio, no pude ver su apariencia, sólo su sombra. Estaba tratando de tomar posesión del corazón de Calisto... Estaba como... Devorándose su corazón y, a medida que avanzaba iba dejando un corazón lleno de maldad, el corazón del demonio...

Me sorprendí. Nunca supe que dos seres podían conectar sus corazones por un determinado tiempo.
-Está bien Maye... Ya está- Dije, y salí de mis pensamientos.

Me entristecí un poco al escuchar el díalogo entre Maye y Maya.

-Sí-respondí con tristeza en la mirada.-Su madre estaba posesa poco antes de dar a luz, y el demonio está en él...-expliqué. Ahora sí que todo tenía sentido.

-Nadya xD, siempre escuchando lo que piensan los demás xD- Dije tirando una risita. -Eso es lo que le pasó a Calisto...- Dije entristecida. -Debiste escuchar eso... Lo de la conexión de corazones y lo que vió Maye... Quizás haya una forma de quitarle el demonio que lleva dentro... Pero es su decisión y la tuya...

-No puedo evitarlo-le recordé.-Por más que quiera, no puedo dejar de escuchar-dije con una sonrisa.

-Además, ¿por qué va a ser mi decisión?-inquirí.

-¿Él te gusta, verdad? Es tú decisión también... Sinó simplemente es alguien muy importante para tí...- Le susurré.

Hice una mueca.

-Es mi mejor amigo y es muy amable. De ahí no pasa-afirmé.-Y a ser verdad, es mi primer amigo, así que si no es importante sería yo un chacal-reí ante la comparación.

-Entonces, es importante para tí. Es tú decisión también. Es la decisión de Calisto y la tuya. La mía no puede ser posible... "Porque no tengo derecho a hacerlo..."-Susurré.

Dejé de pastar. Me recosté un momento, todavía estaba un poco cansada. Cerré mis ojos por un momento pero, me vino una visión fugaz: Ví que un cuchillo maldito traspasaba el corazón de Nadya y el demonio de Calisto lo mataba a él... Abrí mis ojos bruscamente. Sudaba mucho, ¿qué fue eso? Yo no era una vidente ni nada por el estilo. Me asusté, y mucho. Me levanté y abrazé a Nadya.

Las clases de vuelo me dejaron algo cansado, por lo que dormité un buen rato. Al despertar vi a Nadya y Maya hablando.

- Buen día -saludé sin tener la menor noción de la hora- ¿qué tanto hablan? -pregunté con una curiosidad alegre-.

Eché las orejas hacia atrás, un poco incómoda ante el tema; y más aún ante la visión.

Cuando preguntó Calisto, sacudí la cabeza con fuerza para deshacerme de la idea.

-Cosas sin...importancia-dije con una especie de sonrisa que reflejaba mi miedo y mi nerviosismo, pero lo oculté lo mejor que pude. Cambié el tema abruptamente.

-¿Cómo vas con el vuelo?-pregunte.

Me resultó algo extraña esa actitud, pero le resté imprtancia al asunto.

- Pues, necesito practicar un poco más, al menos ya entendí la mecánica de la cosa -bromeé- volar sin alas era mucho más sencillo -dije alnzándolas al aire con gracias.

-Ven, tenemos que practicar-dije alejándome un poco de Maya. Comenzaba a pensar cosas muy extrañas; así que suspiré con cierto alivio cuando nos alejamos.

Me transformé en águila.

-Muy bien. Intenta despegar. Así.-abrí mis alas y las batí con fuerza arriba y abajo, recogiendo mis patas del suelo hasta elevarme a una altura considerable.

-Tu turno-dije guiñando un ojo.

- Creo que es más sencillo para alguien con huesos huecos -bromeé e imité sus movimientos.

Esta vez había sido algo más fácil despegar, era de lo que más me costaba, durante el vuelo todo me resultaba pan comido, el aterrizar era el problema... me elevé hasta donde se encontraba Nadya y sonreí prácticamente orgulloso.

-¿Huesos huecos, hum?-mientras hablaba tomé mi forma equina de nuevo.

-Es lo mismo, deja la anatomía a un lado. Lo que importa realmente es que lo quieras hacer-guiñé un ojo y me elevé aún más, dando vueltas en el aire.

- Aún así llevas más años de práctica que yo -inventé de excusa, en tono de broma y batí mis alas con furza, siguiéndole la corriente.

-Sigue inventando excusas-me reí.

-Ahora, aterrizar-guiñé un ojo y abrí mis alas en hueco, para descender planeando. Recogí mis patas, y cuando tuve el suelo lo suficiente cerca, batí mis alas y extendí mis patas, tocando el suelo con los cascos.

-Tu turno, dije, inclinando una ala a manera de reverencia un tanto irónica.

Resoplé y me quedé un rato en el aire, analizando la ditancia, los movimientos... Al final fui casi en picada un primer tramo, logré estabilizarme luego y aterrizar en una carrera, pero sin más tropiezos.

- Para un principiante, no estuvo tan mal, ¿verdad? -reí con ganas

Sacudí la cabeza.

-Desciende planeando, no en picada-me quejé.-Caer en picada déjalo para las águilas-cuando pronuncié "águilas" me convertí en una, por lo que me eché a reír.

Volví a resoplar.

- Pides mucho -reí- ya sabes como soy, tienes que tener más paciencia con este cabezón -volví a reír y me heché a volar con todas las ganas.

-Paciencia, mi punto débil-y en verdad lo era, pero intenté esconderlo lo mejor que pude. Me alcé tras él, cambiando a equino de nuevo.

"Tienes que tener más paciencia con éste pequeño demonio...y en el más literal de los sentidos"--pensé para mis adentros, haciendo una mueca de pesar mientras una lágrima se derramaba por mi mejilla a media transformación. Cuando llegué a equina completa, me deshice de la tristeza e intenté ser más alegre. Aquello no tenía que pasar justo ahora, ¿o sí?

- ¡Mira mira! -comencé a hacer todo tipo de piruetas locas en el aire, tratando de no desequilibrarme... me sentía como un niño, me setía como cuando mi padre me enseñaba a volar, aunque sin alas realmente parecía más fácil.

-Cuidado-advertí con una sonrisa, y lo imité, pero era mucho más fácil moverme en piruetas siendo otro animal más pequeño; por lo que cambié a guacamaya de vistosas plumas rojas y verdes.

-Mira, soy un arcoiris-me reí dulcemente mientras giraba en el aire.

Devolví un ancha sonrisa.

- Mi amiga, el pequeño arcoiris -bromeé y di unas vueltas.

Miré hacia abajo, al lago, la parte más profunda y me reí.

- No me mates por esto -dije riéndome con verdaderas ganas y me lancé en picada al agua, sacando gran cantidad fuera del lago.