Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Bajé la mirada y suspiré.

- Ya veo... -miré de reojo lo que había sido un hermoso pero mortal rosal-.

Me di media vuelta.

-¿Están mejor?-pregunté, echando una ojeada a la espalda de Cali y al cuerpo de Maya.

- Si, bastante -dije aunque lo cierto es que ya no tenía ni una herdida- vaya... -suspiré- ¿y tú, Nady?.

-Me siento mal-y era cierto. Estaba un poco mareada y me sentía caliente...¿quizá que no había probado bocado desde mediodía y anochecía ahora?

-Volvamos al claro-sugerí en un susurro. No podía cambiar de forma, estaba muy débil como para hacerlo.

- Si te mareas, cae de este lado -señalé, poniéndome a su lado- ahora sólo deben descanzar y reponer fuerzas.

Asentí levemente con la cabeza. El luchar conmigo misma, el cambiar a seres mitológicos gigantescos y el lidiar con un rosal poseso había acabado con toda mi energía. Toda. Intenté no caer, pero no pude hacer otra cosa mas que apoyarme en Calisto para mantener mis patas en movimiento.

Mantuve un paso firma y tranquilo, de modo que no se cayera. Al poco tiempo llegamos al claro, junto al lago. Sostuve a Nady hasta que se tumbó en el pasto.

-Gracias-susurré y cerré los ojos para dormirme un ratito.

Desperté bien entrada la noche, y, claro está, sin ninguana gota de sueño que me rondara en la cabeza.

Me levanté, más fuerte. Bebí agua del lago, mirando ansiosamente a la luna.

Un poco antes me había dormido, pero seguía con aquella pesadilla, esa ilusión, po lo que no creí que una noche sin sueño sería un gran problema. Ví a Nadya a la orilla del lago, me paré y me aceruqé de atrás sin hacer ruido.

- ¡Buuuh! -grité y reí.

Me transformé en loba y le gruñí casi como acto reflejo, pero me tranquilizé al ver que era Calisto.

-Me asustaste-me quejé, regresando a forma equina.

-¿De nuevo la pesadilla?-pregunté.

Yo estaba allí, en lo alto de una mini-montaña. Estaba mirando la hermosa Luna: estaba en su fase de luna llena, y hoy, brillaba más que nunca.

Ví una luz que salía de la Luna ¿Qué era...? No titubeé ni un sólo instante, me dirigí hacia esa cosa, parecía un meteorito, o algo así, pero no era nada amenazante para la Tierra. Ese meteorito, cambió repentinamente de dirección, se dirigía entre Nadya y yo... Se separó en dos, vaya fue mi sorpresa cuando uno de los pedazos se dirigió hacia mí, y el otro hacia Nadya.

Me recosté un momento, para ver mejor. Era... Era... No podía ser... ¿Era la ofrenda...? ¿La ofrenda de la Luna, que decía la profecía...?

Luego de que callera, ví a Nadya y Calisto hablando.

- Lo siento -me disculpé con una risilla- si, eso mismo -respondí- supongo que... nada grave -bromeé- ya se te fue el cansancio, ¿eh?

-Dormir toda la tarde repone fuerzas-dije riéndome. Era genial hacerlo.

Observé el pequeño fragmento de roca que cayó a mis pies. Tragué saliva al recordar la profecía.

-Cali...mira-acerqué el...¿diamante? con mi pata, inclinándome para verlo mejor.

- ¿Q-qué es... eso? -pregunté confundido, y nervioso.

-Lo que va a ocurrir, sucederá al tiempo de la ofrenda de la luna-susurré.-es la profecía de mis hermanos-no pude evitar derramar una lágrima. Por muy malvados que fueran, eran mis hermanos, llevaban mi sangre y habíamos crecido juntos...

Desperté después de haberme quedado dormida y al mirar alrededor me sobresalte- un cristal de luna...-exclame y me acerque despacio- Hacia mucho que no veía uno, desde...nada, debes ser alguien muy especial para que la luna allá decidido crearlo para ti...-dije no sin cierta admiración, luego por un momento recordé que ni siquiera había saludado- y hola...-dije como disculpándome.

Mientras tanto, la luna, hacia brillar mi pelaje de un modo extraño, casi con transparencia, delatando mis poderes, era algo normal, y estaba acostumbrada, pero lo del cristal, allí había algo más que suerte, era increíble, o al menos a mis ojos, que siempre miraban al mundo de una forma distinta...

Sacudí la cabeza. Era una simple profecía, y estaba segura de que Maya tenía más magia que yo.

Alcé la cabeza para buscarla con la mirada. Estaba en lo alto de una colina, con otro diamante reluciente en sus manos.

-El Ying y el Yang, y la figura cambiante-susurré, repitiendo los versos. Recordé la alineación de los planetas; y efectivamente, los cuatro planetas estaban alineados, tomando la Luna el lugar del Sol, oculto ahora.

No pude evitar sentir compasión por mis hermanos...pero la vida tenía que seguir, ¿no?

Miré de reojo a Aysel. Su pelaje era precioso bajo la Luna. Claro, tenía los poderes de Luna.

Suspiré, desconsolada.

-Hola-saludé a la yegua blanquecina a mi lado.

"Maya, eso es un diamante..." susurró Maye. "Es un diamante que hizo la Luna para nosotras, es una ofrenda... Es la profecía, está cumpliéndose, mira, los planetas están todos alineados, en una conjugación planetaria" Susurró nuevamente.

Tenía razón, miré de más cerca el trozo de luna que había caído delante de mí; era un diamante. Pero sentí que tenía un gran poder en su interior. Me dí inmediatamente cuenta. Fuí rápidamente hacia Nadya.

-Es la ofrenda...- Le susurré en su oído. -Se está... Se está... Cumpliendo...- Susurré temblorosa.
Agarré el flequillo de Nadya, para que venga con migo; -Ven... Tengo que decirte algo...- Con un tono un poco más grave continué: -A SOLAS.

Una vez alejadas, comenzé a hablar:
-No es un diamante cualquiera... La Luna lo hizo especialmente para nosotras, es un pedazo de ella. Tiene un gran poder, tiene muchos poderes... Te diría que hasta tiene el de toda nuestra manada- Dije con un tono asombrado.

-Ya lo sé-dije un poco enfurruñada.-quisiera que no se cumpliera-susurré.-por muy malvados que sean...son mis hermanos al fin y al cabo-dije con voz temblorosa.

-Lo sé...- Dejé que una lágrima recorriera mi mejilla... -No quisiera que se cumpla... Pero así lo decidió...- Me callé la boca, también no pensé ese nombre. No querría que Nadya lo supiese... No quería perder a mis nuevos amig@s...

Me recosté un momento, pero me paré al instante. Miré la Luna... Miré la ofrenda, y miré nuevamente a la Luna y dije...

Hibiku Kaze no hotto...
Gracias... Por tu hermosa y poderosa ofrenda... Diosa de la noche, la Luna...

Tanto misterio en las palabras de Maya me estaba enfadando de verdad. Intenté no demostrarlo y me incliné para beber un poco de agua.

-Será mejor que busquemos tus plumas-dije entre dientes.

Solté una risita -No te enfades, Nadya- Dije sonriendo amablemente. Cambiando de tema; -Sí, sería bueno buscarlas...- Susurré.

-¿Crees que haya una aquí, en el lago?-pregunté.

-Puede ser- Respondí. -No me sería difícil encontrarla...- Susurré a un tono casi silencio.

Me recosté al lado del lago.

No lo pensé dos veces y me zambullí en el lago.

Buceé en forma de pez vela de nuevo, sumergiéndome hasta la parte más profunda del lago. Gracias a que tenía la visión nocturna de cualquier animal, pude ver hasta en la oscuridad. Nada.

Intenté buscar en otra parte; en la parte norte. Tampoco, pero había una pequeña cueva. Mi aleta no cabía, por lo que me convertí en un pez pequeño, alumbrado sólamente por la tenue luz de la luna.

Mis escamas sintieron algo esponjoso y suave, que no pude ver. ¿Sería?