Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Me quedé inmóvil, pero de a ratos trataba de decifrar dónde estaba Nadya para poder salir de mi escondite.

El agua se transformó en un pez.

-¡Maya!-grité y nadé a toda velocidad a la roca.

-Te conté-dije entre risas. Ahora, a buscar a Calisto...me sumergí de nuevo en el lago y lo busqué en el fondo, en las cuevas.

La ví, no estaba tan lejos. Rodeé las rocas para salir hacia la superficie sin que me viera y no llegar a ser atrapado, pero no iba a mirar hacia atrás a ver si venía a por mi.

"Aphaia, puedes dejar de ocultar nuestra presencia..." Le dije a mi cristal de Luna.
-¡Nadya! ¿Puedo ayudarte?- Dije sonriendo. Aunque, me pareció un poco injusto ya que dos contra uno... Medio que no iba xD.

Fui a la orilla de la superficie para descansar. Vi a Calisto saliendo del agua.

Lo busqué, finalmente, detrás de una roca gigantesca; para después verlo galopar hacia la roca.

-¡Hey!-grité. Salí del agua y galopé en forma equina, intentando alcanzarlo; pero mi cicatriz no me ayudaba bastante en la rapidez.

Lluegué y grité, dando un salto ya que casi caía a causa de la velocidad a la que iba.

- ¿Estás bien, Nady? -pregunté, se le veía bien, pero no del todo.

Ví a Nadya correr con dificultad. Era por la cicatriz... "Le había dicho que comiera esa planta..." pensé.
Me transformé en Maye y alzé vuelo.
-¡Nadya! Te sugiero que comas esa hierba que he dejado en la orilla! Curará esa herida! Y también iré a recorrer la zona- Les dije.

Fuí a recorrer el terreno.

-No me duele, sólo me lastima un poco-expliqué. Si en realidad me dolía, entonces comería la planta...hasta entonces.

-Muy bien, Cali, ganaste-dije entre jadeos.-algún otro juego?-pregunté, con una atractiva sonrisa.

Reí con alivio y le devolví una dulce sorisa.

- Pues... no lo sé, algo un poco menos agitado -pedí divertido- ¿tienen alguna idea, May, Nady?

-Yo no, por eso te pregunté-aclaré entre risitas.

-¿Luchitas? sin lastimarnos mucho, claro está-

- Bueno, ¿te parece? -pregunté poco convencido- quiero decir, aún así podría ser un poco... peligroso -advertí, por ambas partes.

No había nada interesante en este terreno... Tal vez deberíamos de irnos
afuera de estos territorios... Pero presiento que este es uno de los
mejores lugares para vivir...

"Maya... Un dragón... Un dragón... Un dragón que manipula sóla y únicamente el aire..." Me advirtió Aphaia.
-¿Un dragón de aire? Va ser sencillo acabar con él...
"No... Maya... Manipula el aire, el aire lo manipula casi todo... Por
ejemplo el fuego... El hierro... El agua más o menos... Se está
dirigiendo hacia Calisto, debe de querer el demonio que lleva dentro...
Apresúrate... Kazeno te ayudará..."

Me asusté. ¿Era eso cierto? Ahora que lo pienso detenidamente, es
verdad... Podría matar a todos los seres vivos con sólo mover el aire...
Fui lo más rápido que podía, sin desperdiciar muchas energías, hacia el
lago, donde estaban Calisto y Nadya.

Leí la mente de Maya.

-Olvídalo, Cali. Vienen a por tí-murmuré.-prepárate, y, porfavor, no les muestres a Perisa, de ser posible- mencioné la última frase, por si no se podía contener del todo.

Me transformé en una dragona, de tamaño grande, con escamas azules, tan duras como el diamante.

- Oh, genial -dije refunfuñando- como si yo quisiera a la maldita de Perisa -me quejé y me quedé junto a mi amiga, concentrándome en esconder a mi demonio.

El dragón de aire, llegó donde estaba Nadya y Calisto, y yo iba a tardar un tiempo. "¡Aguanten ahí!" pensé. El dragón era enorme. Cuando llegué, estaba realmente asombrada. Tenía el mismo tamaño que Nadya le lanzó en vez de llamaradas, un aliento de aire. Al instante nos empezamos a sentir mal, ¿Estaba sacando el oxígeno? Hize que cresieran más plantas para que repusieran el oxígeno, pero las nubes impedían la luz solar, la cual era fundamental para las plantas.

¿Qué sucedía? ¡Aphaia! Aphaia se estaba como... ¿Oxidando? Estaban aparesiendo grietas en el cristal. Aphaia lo último que pudo decir fue "Llamala... Llamala... Llama a Kazeno... Kazeno es la única que puede con este dragón...". Eso fue lo que hize... Llamé a Kazeno... Grité, pensé, murmuré, susurré. Todo hize, pero nada. Estaba afixsiándome, mi resistencia estaba siendo menos efectiva.

¿Un animal que no inhalara oxígeno? Vaya, ninguno. Y sin oxígeno, no podría haber combustión como para quemarlo.

"Mayhem..."

"Lo siento. O te ayudo, o aquí quedo. La energía que me queda la uso para sobrevivir"-explicó.

"Muy bien. No te sobreesfuerzes"-pedí.

Como dragona, inhalaba dióxido en lugar de oxígeno, por lo que por mí no hubo problema. Lo siguiente sería ataque físico.

Me acerqué y le arañé el cuello, para quitarle las escamas y poder tronarle la yugular. Lo logré, dejé descubierta su piel; pero a cambio me dedicó un mordisco en la pata. Sólo logró zafarme algunas escamas, por suerte.

Le di un fuerte latigazo con la cola por la espalda, desde arriba. Lo dejé gimiendo de dolor, pero me lanzó una ráfaga de viento que me sacó volando. Logré utilizar mis alas para estabilizarme justo a tiempo, antes de caer azotada contra el suelo.

"Duro de pelar"-me quejé.

"Vamos, sé que podrás"-me alentó Mayhem en mi cabeza.

Me acerqué y le rematé de frente con mis dientes en pleno pecho, con lo que logré abrirle la piel y hacer que sangre cayera hasta el suelo.

La sangre se iba escapando poco a poco, por lo que también se iba debilitando. Me acerqué y como pude, cerré mis dientes alrededor de su cuello.

Poco antes de morir, me dio un fuerte mordisco en el lomo, llevándose con su dentadura un pedazo de carne.

Lanzé un grito de dolor, pero también me dio fuerzas renovadas para presionar con fuerza en su cuello. Sentí que había llegado a la yugular cuando cayó al suelo y cerró los ojos, muerto ya.

- ¡Nadya! -grité cuando el dragón la atacó, era horrible no poder hacer nada, me sentía inítil, pero por el bien de ellas no devía de hace nada, mostrar a Perisa podría ser peligroso. Aún así, el otro dragón no era contrincante, y Nadya logró matarlo.

Miré a Nadya, luego a Calisto... Miré el dragón muerto... ¡¿Qué era esto!? El dragón se estaba levantando sin dificultad... ¿Qué demonios era esto?
"Maya... El aire... El aire no puede ser derrotado sólo con unos
golpes... Es imposible... Ahora muévete!"Está yendo a por Calisto..." Me dijo Aphaia. Era cierto... Era imposible que el aire se esfume sólo con unos golpes...

Como pude, alzé vuelo. Agarré a Nadya con un poco de agua y a Calisto. Los llevé como pude más lejos. El dragón sólo se levantó y estaba frente a mí, como si hubiera viajado a la velocidad del sonido.

Dejé a Nadya y Calisto a un lado. "Kazeno... Por favor... Ayudame... Sólo por esta vez, si quieres la próxima no estarás aquí... Sólo... Ahora..." Rogué para mis adentros. Parece que hize bien en decir eso; Mi cuerpo se desvaneció repentinamente. Un tornado apareció donde mi cuerpo había desaparecido, sin tocar al dragón, a Nadya ni a Calisto. Allí estaba yo; Mi cuerpo era sóla y únicamente de aire. Parecía niebla, la niebla le dió forma a mi cuerpo, una forma equina.

El dragón se sorprendió, y comenzó a ir para atrás, a medida que yo avanzaba. Me tiró bolas de aire pero yo las eludí como si nada. Yo solo soplé, sí, sólo soplé, un tornado salió de mi soplido y mató al dragón, puesto que desapareció en el aire. Por las dudas, si estaba vivo exclamé:

-¡NI SE TE OCURRA DAÑARME, Y MUCHO MENOS A MIS AMIGOS, NUNCA JAMÁS TE NOS CRUZES!- Dije enojada.

Caí al suelo desmayada, aún siendo Kazeno.

-Hpmh-fue lo único que dije. Me dolía todo, claro está pero me las arreglé para ir al río y lavarme las heridas. Casi no cupe en el arroyo, pero como pude terminé de lavarme y fui con Calisto.

-¿Estás bien?-pregunté.

Sacudí la cabeza, ¿qué acababa de pasar?

- Estoy bien... -dije un tanto perdido- ¿tú estás bien? y,¿Maya?

El aire estaba rodeándome. Escuché una voz que me estaba llamando.

"Maya... Maya... Despierta... Soy yo... La que cumplió tu deseo... Soy ********" No pude escuchar su nombre... ¿Qué era lo que me lo impedía? "No tengas miedo... No puedes escuchar mi nombre porque el miedo te lo impide... Despeja tus dudas... ¿Quieres vivir? ¿Quieres disfrutar la vida que te queda? ¿Quieres proteger a los seres que son importantes para tí? ¿Estás dispuesta?"
~Sí... Sí... Todo lo que me has dicho... Sí... Sí quiero vivir, disfrutar de la vida que me queda... Quiero proteger a mis seres especiales... Sí. Sí quiero...~

"Entonces, escuchar mi nombre? Mi nombre es Kazeno... Estaré ayudándote desde ahora. Y ahora despierta."

Kazeno... Iba a ayudarme... Estaba feliz de que pudiera ayudarme. Desperté de mi sueño y ví a Nadya bien lastimada.
-N-na-nady... Estás bien? Y-Y t-tú Cal-cali-calisto..?

-Estoy mejor que nunca-dije con una mueca.-No podré volver a una forma más pequeña en una semana, creo yo-negué con la cabeza.-Lo increíble es que no me duele nada-sonreí.

-Felicidades, Maya. Buena suerte con Kazeno-le dediqué mi mejor sonrisa.-Cali, Kazeno es un caballo que controla el viento; estará con Maya a partir de ahora-expliqué.

-Gracias- Agradecí amablemente a Nadya.
-Disculpen, fue mi culpa... Me olvidé de ponerle el escudo a Calisto... Ahora mismo se lo pongo.

Dicho y echo, me metí en el agua, transformada en Afrodita.
-Entren, hize unos cambios en el agua, son aguas curativas... El dolor desaparecerá y las heridas y cicatrizes se esfumarán

- Yo estoy bien... -torcí la cabeza e hice una mueca- estoy bastante confundido, pero en fin... -suspiré y me tiré al piso, despatarrado- que lío... -me quejé como un niño

-Me gustan mis cicatrices-dije en tono de angustia, para después soltar una risita.

-Vamos, Cali, siempre vendrán tiempos y cosas mejores-le di un toquecito con mi hocico en su cuello...bueno, la intención era darle un toquecito, pero debido a mi gigantesco hocico terminé casi golpeándolo.

-Hey, lo siento-me reí.