Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Me extrañó de Nadya. Dejé que hablara con Mayhem, después de todo no tengo la habilidad de leer mentes. Me sambullí en el lago, luego de transformarme en Afrodita y disfruté.

-Jami... Ni se te ocurra decirle a alguien que me voy a ir...- Dije con una voz melódica.

-¿Eh? ¿A dónde demonios te vas?
-Tch, no me hables hací. Me voy al Jardín de la Eternidad, no quiero seguir viviendo... No tengo derecho.- Dije con un tono triste. De un salto aparecí en la orilla, transformada en Maym. Alzé vuelo y fuí hacia ese lugar, procurando borrar la presencia, conexión y poder de Aphaia y el mío.

"Lo que me faltaba"-me quejé.

"Aphaia me bloqueó de nuevo. Maya se va a suicidar, de seguro"-susurró Mayhem, un poco asustada.

"No importa. Conozco su olor"-desplegué mis alas y las agité con fuerza para despegar. Su olor era muy tenue ya, pero sabía a dónde se iba a dirigir: al jardín de la eternidad.

En cuanto vi al puntito blanco y negro volando hacia las enredaderas venenosas, me transformé en dragona y le bloqueé el paso, mientras la sujetaba del cuerpo con mi cola, bastante larga y cubierta de escamas que no cedían ante el más duro golpe.

-No, Maya. Realmente no sé por qué últimamente estás pensando así-negué con la cabeza.

"Se nota que no le pasa lo mismo que a tí"-rió Mayhem.

"Guarda silencio por ahora"-espeté enfurruñada. Cambié mi voz y coloqué una sonrisa en mi cara.

-Volvamos al claro-dije, mientras cerraba aún más mi cola alrededor de su cuerpo para que no escapara.

Qué ingenua. Pensé. Apretó tanto mi cuerpo que se hizo, propiamente
dicho, agua. Era un clon de agua. Esta vez no me detendría. Me aseguré
de ocultar toda mi presencia, incluso mi poder, y olor ~Aphaia también
xD~.

Estaba acercándome, sólo unos kilómetros más. Volé rápidamente y finalmente llegué. Me posisioné arriba de las plantas, pero sin que ninguna me tocara.
-¡Plantas venenosas! ¡Tengo un favor que pedirles!- Dije con un tono fuerte y claro. -¡Quiero que agarren mi cuerpo y que lo hundan debajo de la tierra y matarme muy, muy lentamente!- Dije sin miedo, sin temblar; con un tono firme, desisivo y claro.

En ese mismo instante, las plantas dijeron:
~Como quieras... ¿Si alguien te viene a salvar que hacemos? ¿Es más comida para nosotras?
-¡Claro que no! Quien venga a salvarme, evítenlo. Pero eviten inyectar su veneno, no quiero que mueran. Sólo auyenten al que venga.
~Como digas, eso aremos. Jurado.
-¡Si se atreven a romper este juramento les juro, prometo, que mataré a toda su especie para que no puedan volver a nacer!

Las plantas no dudaron ni un segundo en obedecer lo que decía. Bajé lentamente permitiendo que las plantas agarraran mi cuerpo. Estas plantas, milagrosamente eran inmunes a cualquier elemento, en especial al diamante.

Un sopor dulce recorrió mi cuerpo, provocando unas ganas de abandonarme a los recuerdos y dormir.

Solté una tarta de palabras incoherentes tanto en voz alta como en mi cabeza. Mayhem sollozó dentro de mi mente, pero no me rendiría.

Alcanzé a leer el diálogo entre mi hermana y las plantas, por lo que entré sin temer que me envenenaran. De todas maneras, mis escamas repelían cualquier material.

Fue difícil entrar. Las enredaderas hacían lo posible por repelerme, y las llamas que salían de mi hocico casi no les hacían daño, las chamuscaba un poco y volvían a regenerarse. Si las mordía, me envenenaría, así que no tenía muchas opciones.

Lanzé un rugido cuando una me atrapó por la pata.

-¡MAYA! Sé que estás aquí-grité a voz en cuello.

"Está dormida"-indicó Mayhem.

De nuevo, palabras incoherentes salieron de mi cabeza.

-Saben a quién intentaron matar, ¿cierto?-quizá con diálogo sería capaz de liberarla.

"No lo sabemos, no lo sabemos"-respondieron a coro.

-Es mi hermana-susurré, con la voz un poco atorada.-Además de eso, es el Ying y el Yang. Si no las suelta, su muerte caerá sobre sus consciencias. Tengan eso muy en cuenta.

Pude leer su temor, pero fue sólo una fracción de segundo.

"Ella ha venido a nosotros, fue decisión de ella"-justificaron a coro.

-¿Y? ¿Son acaso tan cobardes que no la soltarán?-las desafié.

Se enojaron un poco.

"Hemos hecho un juramento"-argumentaron.

-Yo personalmente me encargaré de que no las mate, en caso de que incumplan su palabra-prometí.

"¿Cómo sabremos que lo harás? ¿Cómo?"-corearon.

Mayhem respondió por mí.

"He estado con ella desde hace un par de semanas. Tiene un corazón sincero y es bondadosa. Daría la vida por sus amigos, especialmente por alguien...alguien como la que ustedes tienen ahí"-estuvo a punto de decir nombres. A punto.

Le creyeron a mi diamante, lo que agradecí en el alma.

"Pasa"-lo pensaron un momento.-"¿Segura que ella no nos atacará?"-preguntaron, confundidas.

-Les doy mi palabra-guiñé un ojo.

Las enredaderas me abrieron paso abajo hacia un lago de color cristalino, transparente. En medio flotaba Maya, sumida en la total inconsciencia. No pude evitar el derramar una lágrima, sucedida de varias.

La tomé con sumo cuidado entre mis garras y la abrazé antes de alzar el vuelo y partir lejos de ahí.

-Gracias-susurré a una de las enredaderas con la voz ahogada.

"No pasa nada, no pasa nada. Si una ofrenda de Luna te acompaña, eres especial, eres especial"-repitieron.

Me sonrojé en única respuesta y agité mis alas para partir lejos de ahí.

El viento hacía eco, sus caricias en mi suave y delicada piel, me despertaron. Ví a Nadya llevándome hacia... No sé donde XD, pero me solté rápidamente cayendo en picada hacia aquel campo de plantas venenosas.
-¡Plantas! ¡Les dije que no lo permitieran! ¿Acaso quieren que las mate?- Dije realmente furiosa.
~¡Lo sientimos! ¡Lo sientimos! Pero aquella chica dijo que tú eras su hermana mayor, que eras el Ying y el Yang y que una maldición caería arriba de nosotras, nosotras, nosotras~ Dijieron haciendo eco.
-¡No me importa! Siempre y cuando no les guarde rencor, mis poderes no les van a atacar, tengan eso en cuenta. Ahora, por favor, llévenme a las entrañas de la tierra y no le permitan a nadie que venga a buscarme, ni siquiera a mi propia hermana.

Y hací lo hicieron las plantas. No permitieron el paso a nadie y me llevaron a las entrañas de la tierra.

Escuché a lo lajos, miré a mi hermano y alcé vuelo hacia donde había escuchado los gritos de mis amigas, ¿ahora qué ocurría?

Vi a Nadya y... ¿Maya? ¿qué estaba pasando? de nuevo allí ¿qué intentaría hacer?

Zashee en forma de pegaso

Tomé el aspecto de un pegaso blanco, mitad demonio, mitad ángel... ése era sus aspecto. Volé tras mi hermano y me sorprendí a dónde nos había traído. Me quede en silencio sin saber qué hacer o cómo intervenir- ¿Nadya, qué ocurre con Maya? -pregunté un tanto preocupado, incluso algo asustado.

-Maya se va a suicidar-dije con voz firme.-Plantas malditas...les había advertido lo que pasaría...-susurré.

-Síganme. Necesitaré de su ayuda-pedí a los dos. Mayhem brilló, sabía lo que iba a hacer y estaba de mi lado.

Alzé el vuelo en dirección al maldito jardín, que a ésas alturas ya me tenía harta. Me transformé en dragona, pero de hielo. En vez de escupir fuego, mi aliento helaba con sólo sentirlo. Me había costado un poco de trabajo, y con cada momento que pasaba me debilitaba un poco más; pero poco me importó.

Abrí mis fauces de par en par y soplé sobre las enredaderas. Poco a poco fueron quedando inmóviles, convertidas en pedazos de hielo.

Cuando estuvieron totalmente congeladas, con mis patas rompí las tiras de hielo hasta que logré abrirme un hueco hacia el lago cristalino.

-Se la tragaron por completo-mascullé.-Está en el fondo de la tierra. Cúbranse los oídos-pedí.

Me puse de pie sobre mis cuatro patas, concentrándome. Abrí el hocico de par en par y lanzé un rugido que provocó que varias piedras de gran tamaño cayeran del techo subterráneo, haciendo tal estruendo con su caída que abrieron una pequeña grieta en la tierra.

Subí hasta toparme con el techo y de una patada terminé de abrir el suelo. Me llegó una ráfaga de aire caliente, seguida de su tenue olor; ya que al desmayarse, Aphaia también lo había hecho.

Descendí guiada por su escencia, su aroma. Cuando lo encontré, abajo estaba demasiado caliente. Con las fuerzas que me quedaban, la tomé de nuevo entre mis garras, hize descender su temperatura con mi aliento un poco para que no muriera achicharrada y salí volando de ahí.

Las enredaderas habían comenzado a descongelarse, pero estaban marchitas; muertas.

-Al fin-susurré.

Mayhem hacía lo que podía para mantener a Maya con vida, por lo que no me ayudó a mantener mi forma de dragona. Estaba a punto de sumirme en la inconsciencia, debido a la energía consumida cambiando formas, cuando llegamos al claro. Aterrizé, y sujeté a Maya con los cien mil candados con los que la vampiresa había sellado mi mente.

Ahora no podría escapar, pero aún así, me esforzé por mantenerme consciente y vigilarla.

Maya... Maya... ¡Despierta! ¡Maya!- Dijo una voz dulce y melódica.-Maya... Nadya, Nadya te salvó...

-Yo no quería que nadie me salve... Al fin y al cabo no soy importante para nadie en realidad... Todos se preocupan, sí, pero realmente, de corazón... No lo creo...
~Pero Maya... Nadya, ella, ella se preocupó por tí... Ella fue a las entrañas de la Tierra para salvarte... Eres muy importante para ella...

-Deja de mentirte... ¿Quién eres...?
~Te mostraré... Soy Lyncy, una gata montéz, transformada en humana, pero no puedo ocultar mi verdadera naturaleza a otros animales.

En ese mismo instante, pude abrir mis ojos, pero en otro lugar.
-¿Este es... El Jardín de la Eternidad...?
~Sí... Este es ese Jardín del que tú hablas... Puedes quedarte por un tiempo... Pero tú no te podrás quedar para siempre... Tienes personas que realmente te importan.
-Me quedaré, no importa lo que cueste...

Y hací hize. Estuve un largo rato jugando con Lyncy. En ese lugar no importaba que eras, si eras un lobo, un caballo, un gato, o una diminuta rata. Todos convivían en paz y armónicamente.

~¿Tienes la habilidad de convertirte en una humana?
-No... No tengo esa habilidad, mis poderes están limitados en cuanto a las formas. Sólo puedo cambiar de forma entre Equinos y sus derivados, como pegasos, unicornios, etc. Puedo convertirme en una vampireza, porque adquirí los poderes de una vampira.

~¿Vampira? ¿Puedo ver esa forma?
-¡Claro! No hay problema.

Me transformé en esa vampireza ~que de ahora en más le llamaremos... *piensa...* Rosario. Rápidamente desise la transformación... Estar en esa forma me causaba algunos problemas... Al ser una vampira tenía sed de sangre, mientras estuviese en esa forma.

Y hací estuve. Jugando y correteando con los animales que estaban allí... Ese dulce sopor entró nuevamente en mi cuerpo... Abandonando mis recuerdos.

En el mundo real, fuera del Jardín, mi cuerpo iba perdiendo peso. Mis huesos se notában cada vez más.

¿Por qué? quería preguntarlo pero Nadya había ido tras ella. La seguí con seguridad.

- ¿Estás bien, Nady? -le pregunté preocupado- Maya, ¿porqué haces esto? -dije en un susurro, con los ojos húmedos.

-Está...muerta...volverá...pero por ahora, se quedará así-repetí en palabras lo que había visto en su mente. No pude evitar llorar, y a causa de mi debilidad regresé a forma equina.

Mis ojos se opacaron. A pesar de que ella era adoptada, habíamos crecido juntas...yo conocía la historia de su sello, y sabía que el límite de sus formas estaba limitado...pero me habían hecho jurar el no decírselo hasta que ella lo descubriera

Me tumbé en el suelo a llorar junto con ella.

~Esa niñita... Nadya... Está esperándote... Calisto también. ¿Estás segura de quedarte aquí...?
-No lo sé...¿Tú que opinas...?

En ese instante, desaparecí de ese sitio, lo último que escuché de Lyncy fue: "Deberías de disfrutar de lo que queda de tu vida... No la desperdicies como yo lo hice..."

Una lágrima recorrió mi mejilla ~en la realidad~ mientras viajaba de vuelta.
Desperté, esta vez en la pura realidad. Levanté mi cuello y cabeza. Tch... Cómo me dolían... Me incorporé y ví a Nadya llorando a mi lado y a Calisto con los ojos bien húmedos.

-¿Qué sucede...? ¿Por qué están llorando...?- Dije preocupada. Es como si hubiera olvidado todo lo que me pasó, pero lo recordaba, sólo actuaba como si hubiera olvidado todo.
-No lloren... ¿Qué pasa...?

Ví mi pié con una gota de agua... No, una lágrima, una lágrima que había recorrido mi suave y blanca mejilla.

Me tumbe junto a Nady y la abracé con fuerza mientras comenzaba a llorar también, por más que lo intentaba no logré calmarme.

- ¿Maya?... ¡Maya! -salté, casi sobre ella y la abracé fuertemente con el cuello, no podía hbalar.

-Eres una tonta, eso es lo que pasa-la abrazé con fuerza por el otro lado, opuesto a Calisto.

-Somos hermanas...pero no de sangre-susurré, para ayudarla a recordar.-Yo sé la historia de tu sello, conozco el límite de tu poder de "ser otra yo"...mis padres te sellaron-expliqué, mientras seguía abrazándola-

Me sorprendí ante la reacción de Calisto y Nadya.
-Lo sé Nady... Lo sé... Sé que no somos hermanas de sangre, al igual que con Cane y Daemon... Lo sé... Porque tengo muchos más años que Cane, Daemon y tú... He perdido la cuenta de cuántos años tengo... Tengo desde nacimiento, una muy, pero muy larga vida, tan larga que parece casi inmortal... Al adquirir los poderes de Jami... Mi larga vida se alargó mucho más...

Callé por un momento.
-Por eso conozco a Quirina... Calisto... La mayorías de sus porqués están en esa larga vida... Diría yo.
Le devolví fuertemente el abrazo a Nadya.
-Nady... Nuestros padres... No, más bien... Tus padres cambiaron mi forma de adolecente... Y me convirtieron en una niña como tú pero... Al hacer eso... Renací... Nací nuevamente, con una nueva vida, sin perder mis recuerdos... Por eso mis padres me sellaron, sí, mis padres, no los tuyos... Tus padres me adoptaron para...- Una lágrima recorrió mi mejilla nuevamente. -Para proteger a Cane, Daemon y especialmente a tí...

Escuché con atención las palabras de Maya, mientras me alejaba un poco.

- Ya veo... -después de todo, no había mucho que decir- lo imprtante en este momento, es que estás bien... -agregue suspirando cona livio y verdadera alegría.

Negué con la cabeza.

-Tienes larga vida, sí; pero mis padres te sellaron en verdad. Estás confundida, lo leo en tu mente. Descansa un poco-indiqué.

Le di un poco de libertad mientras me alejaba, y me acerqué a Calisto.

-Está tan confundida...-murmuré. De repente, mis patas me fallaron y me obligaron a caer en tierra. Tuve que esforzarme para no caer sobre Calisto.

-Lo siento-jadeé.-No me siento bien-admití.

Me mente comenzó a perturbarse... Miles de emociones pasaban al mismo tiempo en mi cuerpo; tristeza, alegría, dolor, confusión... Etc.
No quería sufrir más... Quería morir de una vez por todas. Nadie tenía poder curativo actualmente, por lo que decidí levantarme.
-Voy a ir a pensar un poco al bosque... -Dije sinceramente.

Me apresuré a comer un poco de pasto, beber agua, he ir para el bosque. "Tienes sed... Sed... Sed de sangre... Por eso te alejaste de ellos ¿o me equivoco?" Dijo Aphaia.
"Sh... Calla... Es sólo que..."
"Tienes sed de sangre. Controlas a la perfección los poderes vampíricos que tienes pero... Jami tenía mucha sed, no había bebido sangre en un laaargo tiempo y eso se lo quitó mandándote la sed a tí..."

Comenzé a sentirme mal. Aphaia tenía razón... Sed, sed de sangre. No pude mantenerme en pie, por lo que me apoyé contra un árbol. Mi respiración iba agitándose. Lentamente mi apariencia cambiaba; comenzaba a transformarme en mi forma vampírica. No podía moverme de tanta sed que tenía, ni siquiera podía desvanecer mi transformación.

Me arrastré con mis manos, como pude, lejos de allí, no quería que me vieran en ese estado y si se acercaban... Lo más probable era que me iba a dirigir directamente a sus cuellos y clavaría mis finos y elegantes colmillos en ellos.

- Tranquila Nady, puedes apoyarte en mí si no tienes fuerzas y lo sabes -invité, me puse a su lado y la sostuve- está bien... -miré a Maya alejarse- ¿estará beien? -pregunté casi para mí mismo.

-Gracias, Cali-susurré.-Jami, la vampiresa, se apoderó de ella...tiene sed, sed de sangre-murmuré.-Nos criamos juntas, puedo leer su mente casi a cualquier distancia-expliqué.-Yo no iría junto a ella hasta que consiga algo de comer-advertí.

Seguía arrastrándome lejos, pero iba perdiendo mi resistencia. Demasiada sed... ¿Qué podía hacer? Después de todo una parte de mí era vampírica. Mi propia voluntad fue en mi contra y me manipuló por completo mi instinto vampírico. Me levanté y me dirigí hacia donde estaban Nadya y los demás.

Cuando estuve a 5 metros de ellos, lo único que pude hacer fue gritar:
-¡Huyan! ¡Corran! ¡Rápido! ¡Por favor!- Gritaba desesperadamente.

Poco me importó mi debilidad: me transformé en dragona, tomé a Cali entre mis garras y salí volando de ahi

- ¿Qué haces? -me quejé- no te trasnformes, Nady, ¡estás débil y puedo volar por mi cuenta! -traté de soltarme- Nady,e s peligroso para tí ...-.

Esa ya no era yo. No, no lo era. Crecieron un par de alas de murciélago y volé más rápido que la luz. En menos de un sentésimo estaba frente a Nadya, riéndome con una risa malévola.

-No podrás escapar de mí... Mi preciada hermana...- Dije riéndome. Me acerqué velozmente a su cuello, agarrándoselo y apuntando para clavar mis colmillos en su cuello pero... Me detuve. Estába a 2 milímetros de morder su cuello, pero me detuve. Alejé lentamente mis colmillos de su cuello.
-N-n-n-n-no... N-n-o p-pue-puedo ha-hacer-hacerlo...- Dije tartamudeando.

Me alejé completamente de Nadya. Me dirigí a Calisto, pero me detuve también. Una gran confusión había en mi mente. Comenzé a gritar de dolor, de confusión, agarrándome la cabeza.
Me enfurecí. Comenzé a atacar alocadamente a Nadya y Calisto, llorando.

Escuché a Maya, pero me ahorré energías en hablar y me limité a volar aún más rápido, combinando la rapidez de los animales más veloces en mi vuelo.

-No...no podrás mantenerte lejos de su alcanze-susurré a Calisto. Volé lejos, pero sabía que mi olor seguía ahí.

-Mayhem, bloquéanos de Aphaia y Maya!-pedí.

"A la orden, señorita"-suspiré de alivio.

-Cali...cúbrenos-ordené, mientras volaba en zig-zag. Mayhem ocultaba nuestro olor, y esperaba que Cali cerrara nuestra mente.