Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

-Ah, interesante-le resté importancia al asunto, y regresé lentamente a mi forma equina, ocultando bien mis heridas detrás de mis alas gigantescas y plateadas.

Volví a ser Afrodita, puesto que tenía ganas de ir al lago.
-Oye, Zashee, estoy segura que Calisto estará muy feliz de verte, el sufrió mucho por Quirina y por tí- Dije seria, dando media vuelta y me sambullí en el agua.

-Vuelve acá, Maya!-grité, y transformándome en águila la tomé del cuerno con mis garras y la traje de vuelta.

-Dice que Cali no nos ha dicho todo...que quizá sea lo mejor no presentarse-repetí

-¡Duele! ¡Duele! ¡¿Acaso quieres mi cuerno!? Sólo tenías que decírmelo y te daba uno- Dije algo enfadada. Dejé mi enojo de lado y me dirigí hacia Zashee.
-¿Que no nos ha dicho todo...? Tú te refieres a eso que pasó, ¿verdad?- Dije con un tono firme y serio.

-Puedo tener un cuerno cuando quiera-dicho eso, fui haciendo brotar de mi frente un cuerno, tan duro como el diamante, tan transparente como el cristal.-Es más, puedo tener cuantos quiera-hize brotar dos cuernos de mi frente, dándome el aspecto parecido a un toro. Le mostré mi lengua en son de burla a Maya.

Me reí estando en el agua.
-Jaj! ¡Yo también puedo! -Grité. En un abrir y cerrar de ojos, hice que crecieran 5 cuernos en mi frente. Le mostré mi lengua a Nadya devolviéndole la burla. Me fuí abajo del lago y comenzé a saltar por todas partes, mientras ocultaba mis 4 cuernos restantes.

-A ver, intenta ésto-me introduje en el agua junto con ella y me transformé en un pez ángel, con una hilera de cuernos que desprendían su propia luz cubriéndome toda la espalda y la frente.

Miré a Nadya. Comenzé a reírme... A pesar de que ella era eso para mí, seguía compitiendo con migo.
-a basta, no gastes energía al divino botón- Dije riéndome. -Pareces una niña pequeña compitiendo.- Dije soltando una risita.

Salí a la superficie, para charlar con Zashee.

Fruncí el ceño y salí del agua junto con ella, pasando a águila, aunque no tuviera plumas en la espalda; por lo que cubrí mi lomo con mis alas plateadas.

-Y qué si parezco niña pequeña?-espeté.

Solté una risita.
-Pues nada, sólo pareces una niña al competir con migo, aunque yo también lo hize por lo que soy igual que tú- Dije entre risas. ~Después de todo... Somos eso~ Susurré.

Salí completamente del agua, combirtiéndome en Maya y comenzé a pastar.

-Puedes decirme qué rayos somos!?-grité. Estaba harta de leer "eso, eso, eso, ella" en su mente, sin que siquiera pensara la palabra. Del enojo, mis ojos se tornaron de un color tinto, con un brillo rojizo.

-Nadya, no te enojes. No puedo decirte que somos...- Dije seria. -Si te enojas demasiado la oscuridad va a consumirte... Ten eso en cuenta.

Creo que la protegía demasiado. No sabía si decirle que éramos eso. No lo pensé. No podía decirle... Yo no podía.

-Ah, ¿no puedes o tienes miedo de decírmelo?-le grité. Mi pelaje fue pasando de beige claro a un bayo muy oscuro, con las patas totalmente negras. Mayhem me pidió que parara, que aquello realmente no valía la pena, pero la ignoré por completo.

"Diablos... Un monstruo está tomando posesión de su cuerpo" pensé. Me acerqué a ella, convertida en... Digamos que la fusión de Maye y Maya es Maym. Le abracé con mi cuello y a su vez con mis alas.

-Tranquila... No es que tenga miedo de decírtelo... Tengo miedo de que TÚ te pongas tensa, nerviosa, mal, por ello. -Dije con una voz melódica, armoniosa, dulce; tranquilizadora. Mientras le decía eso, purificaba su alma como podía, no quería que un demonio se instalase en su interior.

Fue demasiado tarde. La ira corrompió mi cabeza, y una serpiente me mordió la pata. Por lo menos no venía de parte de mis hermanos, de eso estaba totalmente segura.

Me eché hacia atrás, frunciendo el ceño, mientras mis alas iban pasando a ser más parecidas a las de un murciélago que a las de una águila.

-¡Aléjate!-grité. A pesar de que tenía el control de mi cuerpo, estaba totalmente segura de que tarde que temprano perdería mi autocontrol.

"¡Maldición! Ya está cambiando... Debe de ser un vampiro, esas alas... No hay duda.". Comenzé a cambiar mi apariencia, puse más carácter de Maye, un carácter fuerte, cero amable. Me convertí en algo parecido; unicornia alada. Mis alas como las de Nadya, de murciélago, crines negras, con mechones dorados, mi rosario dorado, ojos negros, cascos dorados.

-Nady... Tranquila... No quiero lastimarte...- Estaba un poco tensa... Si le pedía al monstruo que pasara a mi interior, Nadya estaría a salvo... Pero si es un vampiro... Es probable que me pida sangre a cambio... Y puede que algunas habilidades de los vampiros se traslade hacia mí.

El vampiro tomó las riendas de mi mente, y aprovechando al máximo mi poder de psíquica, usó mi habilidad de entrar en las mentes de todo ser viviente y entró en la de Maye, causándole un dolor punzante en la cabeza. Intenté refrenarlo, pero me costaba tanto trabajo...terminé por ceder, provocando tal dolor en la mente de Maya que no sabía si aguantaría o no.

Lo único que pude hacer fue refrenar el impulso de la sangre, mientras que la habilidad de torturar mentes pasaba lentamente hacia a mí. Me adentré en sus recuerdos más dolorosos y los ponía enfrente de ella, para hacerla sufrir. Aquel día que perdió a sus padres, su recuerdo cuando la sellaron...su sufrimiento al pensar cosas horripilantes, todo se lo mostré, y le provoqué un dolor físico en la cabeza.

El dolor de cabeza que me causaba era espeluznante.
-¡Vampiro! ¡Maldito ser! ¡Pasa a mi cuerpo! ¡Al menos véte y deja en paz a Nadya y ni se te ocurra ir a por Calisto! ¡Te daré lo que sea a cambio! -Dije con la voz temblorosa, pero firme.

-¿Me darás lo que sea a cambio? ¿Estás dispuesta?- Dijo el vampiro deteniéndose un momento con la habilidad de Nadya.

-Sí... Lo que sea...- Respondí con las orejas altas, una voz firme y sincera.
-Entonces me permitirás beber de tu sangre ¿verdad? Juraré que no atacaré nunca más a tus amigos, siempre y cuando necesite sangre me permitas beberla.- Dijo entre risas.

-Sí... Te lo permitiré... Pero ya lo has jurado, no volverás a atacar a mis amigos.
El vampiro que había poseído a Nadya salió de su cuerpo; más bien una vampireza... Tenía una apariencia similar a la de un humano pero... Tenía ojos rojos, como la sangre, pelo plateado, largo, y sus característicos colmillos. Se acercó hacia mí. Traté de moverme lo menos posible y esconder mi miedo en lo más profundo de mi corazón.

-Lo juro... Yo nunca rompo promesas.- Dijo seria y firme. -Te advierto que al tener ese ojo rojo absorverás mis poderes, sin embargo yo aún los tendré sanos y salvos, son de nacimiento. Esos poderes cambiarán tu apariencia y podrás usarlos a tu favor.- En ese instante, la vampireza me transformó en humana.

-¿Qué es esto?- Dije sorprendida, pero con miedo.
-Me gustan las víctimas con apariencia humana... Pasará esto cada vez que quiera sangre- Dijo entre risas. En ese momento, se acercó a mi cuello humano y penetró con sus colmillos mi suave y delicada piel.
Sentí sus poderes fluyendo dentro de mí... El poder estaba desbordando. La vampireza sacó sus finos colmillos de mi piel y hizo que le crecieran unas alas de murciélago en su espalda y se fue volando, sin no antes decir "No te asustes por esa apariencia"...

¿Mi apariencia? Miré mis manos... Eran humanas... ¿Acaso me convertí en un vampiro?

Justo antes de que la vampiresa desaparieciera, me desvanecí. Se había llevado parte de mi alma consigo, y a menos de que regresara, no podía seguir viviendo. Mi respiración se fue acortando, y mi mente clamaba a gritos su regreso.

Observé en sus ojos un brillo de bondad y se apoderó de mi cuerpo.

-Tengo tu alma...a cambio, tu cuerpo-susurró con una voz helada.

-Acepto-gimió mi mente.

Sentí el momento exacto cuando entró dentro de mi, otra vez. Mi cuerpo descendió rápidamente su temperatura, grados bajo cero. Pero aún así, seguía viva.

Su poder de torturar mentes era ahora mío. El resto se había ido con Maya, pero sabía que el que me había dado era, sin duda, el más fuerte y sádico, además.

Mi cuerpo cambió lentamente, mientas sentía que regresaba a la vida. Mi pulso tomó su ritmo normal; pero mis patas ahora eran de un negro puro, señal del espíritu que ahora yacía en mi mente.

Puesto que eran sus poderes, podía fusionarlos con los míos cuando ella quisiera.

Abrí los ojos lentamente, mientras sentía que ella sellaba su estancia ahí. Ni el más poderoso conjuro podrías sacarla de mi mente ahora...a menos de que ella quisiera irse.

-Maya-susurré, mientras me puse lentamente de pie.

-¡Tonta! ¡Qué haz echo!- Dije preocupada, y en mi forma vampírica. Al tener poderes de vampiro, me acerqué velozmente al cuerpo de Nadya y le dí un puñetazo en su cabeza. La dejé noqueada. "Disculpá Nady... No quería..."

Me acerqué a su cuello y clavé mis finos y elegantes colmillos en su delgado cuello. Estaba "devorando" a la vampireza... No iba a perdonarla, mi furia desbordaba, junto con mi poder. Absorbí toda el alma de esa vampireza, me la comí, aunque dicen que los vampiros tienen una larga vida, casi de inmortales, podían ser devorados y nacer en otro murciélago... Pero esta vampireza tenía un nivel lo suficientemente bajo como para no resusitar.

Había absorbido mucha sangre de Nadya, pero absorbí la mente, cuerpo y alma de la vampireza. La vampireza ahora estaba en mi cuerpo, yo la manipulaba. Saqué mis finos colmillos del cuello de Nadya. La miré, seria. No podía llorar, pero unas ganas increíbles tenía de hacerlo.
-Nady...- Su cuerpo se ponía cada vez más y más y más frío. Fusioné los ojos de Afrodita con el cuerpo vampírico que había obtenido y dejé que unas cuantas lágrimas cayeran en el frío cuerpo de Nady... Comenzaba a tomar calor. Sí, calor, estaba calentándose. Unas lágrimas cayeron en la tierra, y crecieron especiales hierbas medicinales, las cuales puse sobre el cuello de Nadya y cuerpo.

Comenzaba a tomar calor.

Me alejé volando de ahí. Me sentía bastante rara, por lo que tomé forma de águila negra y volé. Volé con una rapidez increíble, tanta; que casi no me hacía notar. Los poderes de la vampiresa eran ahora todos míos. Pero, ¿por qué la había matado?

Seguí volando sin interrupción, pasando debajo de puentes, por encima de montañas, hasta que llegue a un risco bastante elevado. Me quedé ahí, pensando. Mi sangre seguía ahí, no había tomado nada mío, excepto mi cuerpo...recordé el sello y me estremecí. Maya se había tragado a la vampiresa, la había matado...pero ahora éramos casi amigas. No pude evitar llorar por ella.

"¿Por qué lo hiciste, Maya?"-repetía constantemente en mi mente, girando alrededor de la montaña en forma de águila.

Sentí algo moverse en mi interior.

"El sello sigue ahí"-indicó Mayhem.-"se la comió, pero su escencia está ahí."-repentinamente, mis ojos se tornaron de un profundo rojo carmesí, y mi cuerpo de águila regresó a su forma equina; ahora de un negro intenso.

¿La escencia de la vampiresa me usaba a mí para volver? Al parecer, así era. Maya me había perjudicado más intentando acabar con la vampiresa que dejando todo como era antes.

-Oh cielos-gemí. Aterricé en la montaña y me adentré en una cueva. La vampiresa abrió un portal y lo cerró con cien mil candados, todos en un idioma distinto que yo no logré conocer.

-Intentó matarme...¡qué tonta! ¡Cómo se notó que no me conoce!-la vampiresa salió de mi cuerpo, lo que me hizo tomar mi color normal.

-¿Qué...qué quieres de mí?-pregunté con los dientes apretados.

-Tu cuerpo-hizo un movimiento muy raro con la mano, extendiéndola hacia mi pecho, poniendo su palma blanca y fría contra mi pecho beige y retirando su mano súbitamente.

Lancé un relincho de dolor. Mi cuerpo se cubrió de sudor helado, mi hocico estaba lleno de espuma blanca y todo me dolía. Me alzé en los cuartos traseros, gimiendo de sufrimiento.

-Tengo tu alma...¿vas a aceptar de una vez, o no?-preguntó, algo harta, con una cajita blanca en la palma de su mano.

-Ya te he dicho que sí-gemí.

Sonrió de oreja a oreja. La vi desvanecerse, y después caí inconsciente.

"Escúchame bien"-susurró en mi mente.-"tu amiga, esa yegua, se tragó mi alma, pero debido al sello que coloqué en tu mente, no pudo conmigo por completo. Ella tiene mi alma, por lo que tendrás que conseguírmela de vuelta"-.

"-A cambio de qué? O qué me obliga a hacerte ese favor?"-pregunté yo.

"-No olvides que yo tengo tu alma. En cuanto yo tenga la mía, tú podrás tener una vida normal...pero cuando yo quiera intervenir, así lo haré. Sólo podrás frenarme si de verdad lo intentas"-espetó.

"-Muy bien...¿y sólo tendré mi alma de vuelta?"-inquirí, algo bromista.

"-Mis poderes te ayudarán contra tus hermanos"-aclaró.

-"Y cuáles son tus poderes, si es que de tanta ayuda son?-pregunté, enfurruñada.

-"Tortura mental, multiplicación de formas y además soy vidente"-afirmó. Su voz se notaba sincera, incluso con un toque de amistad.

-"Trato hecho"-dicho eso, abrí los ojos, lentamente y con cuidado. Me encontraba de nuevo en la montaña, por lo que volé de vuelta con Maya. Atravesé acantilados, riscos, cerros, lomas, colinas...también me topé con tormentas eléctricas, pero poco me importó.

Llegué al claro, donde Maya era un atractivo y diminuto punto de color. Caí en picada, abriendo mis alas justo a tiempo para no hacerme ningún daño.

-Maya, lo que hiciste no funcionó-susurré.-Ella había sellado mi mente...y está dentro de mí. Tiene mi alma. Entrégale la suya-ordené.

"Te lo dije, Maya, te dije que sentí que Mayhem se fusionaba con la vampireza" dijo Aphaia preocupada. Shh.. Silencio.

Dirigí mi mirada hacia Nadya... No quería... No quería que ella estuviese poseída, y mucho menos por un vampiro. Yo seguía en mi forma vampírica. No quería lastimar a Nadya pero... Si era necesario para que esa vampireza estuviera lejos de ella... Entregaría mi propia vida... Ya que ella...

-Nady... ¿Cómo pudiste vender tu alma...A un vampiro...? ¿Te aferras tanto a la vida? ¿Tanto...? ¿Tanto deseas vivir? ¿Tanta etendidad? ¿Belleza? - Dije sin poder evitar que miles de lágrimas salieran por mis ojos.

-Nady... Más bien... Nadya... No entiendo... ¿No te acordás...? ¿No te acordás de los momentos que vivimos juntas...? ¿No te acordás? Pues yo sí me acuerdo y la Nadya que yo conozco, sí, la que yo conozco, no vendería su alma a un monstruo. ¿No te das cuenta? No te arrebató tu alma, sólo es una ilusión y lo sé, yo soy parte de ella ahora, me comí su alma.

Voy a pedirte disculpas... Pero si es necesario, voy a entrar en tu mente... Destruirla- Dije llorando. Decidí liberar el sello. El sello de mis recuerdos, el de mis poderes, el de mi propio ser.

Mi ojo rojo ~aunque en forma vampírica eran iguales ambos ojos~ comenzó a brillar.

~¡Maldición! ¿Qué es este poder? Parece el poder de un rey demonio, como si hubiera absorvido miles de poderes... ¡Moriré si lo libera por completo!~ Dijo nerviosa la vampireza en su mente.

Dejó de brillar, mi ojo. El poder estaba desbordando pero... Me transformé en un monstruo. Seguía con mi apariencia vampírica, pero ningún elemento, ni agua, ni fuego, ni tierra, ni aire, ni luz, ni oscuridad. Nada podría matarme, ni siquiera el hierro, metal, etc. ~digamos que estaría nombrando tres años todo, por ello hago cortito xD~.

-Atácame, ¡maldita vampireza! Me juraste que no le tocarías ni un solo pelo!- Dije realmente enojada. No me moví, iba a esquivar todos sus ataques, y si me golpeaba o algo, no tendría efecto.

Negué con la cabeza.

-No le he entregado mi alma. Sólo mi cuerpo-¿a qué venía tanta...disposición?

-Cálmate, ¡Maya! No me he vendido...y sí, deseo vivir pero no es por vanidad...-

"Otra cosa"-rió Mayhem. Ella estaba al tanto de mi secreto.

-No nos hemos fusionado ni nada, ¡deja de pensar así! Sólo pide su alma y ya...¿no lo ves? ¿Acaso no eras tú la que se compadecía de las almas en pena? ¡Libérala!-era yo la que hablaba, no la vampiresa, y eso se veía en mis ojos.

- ¿Nady... Maya? -.
¿Qué ocurría? Tdo era muy extraño, mis amigas... algo malo les sucedía, me acerqué, pero cuando vi a aquel a lo lejos no me pude mover.
- ¡¿Zashee?! -dije sin poder creerlo- ¡¿Qué dmeonios haces aquí, maldita bestia?! -le grité con furia- ¿te atreves a volver luego de lo que le hiciste a nuestra familia, realmente? eres un descarado, hermano... -me acerqué a él con el enojo impregnado en mis ojos.

Reí con calma.-¿Qué no te has fusionado? Sólo basta con mirarte... Mírate, mírate en este espejo de agua, verás. Tu apariencia cambió completamente, ahora eres de un negro azabache, tus ojos están llenos de odio, con sólo verlos me doy cuenta... Esos ojos llenos de sangre, desesperación ¡Mira! Hasta ha caído una lágrima de sangre de tu ojo derecho.- Dije con un tono despreocupado.

Nady... Cómo pudo pasar esto... Juré a mi padre, madre que te protegería aunque me costase mi vida.. "Aphaia, ¿puedes contactarte con Mayhem?"~"Sí puedo, ¿hay algo que necesites de ella?"~"Necesito que le muestre el oscuro futuro que le espera si se une con esa vampireza. Decíselo y que se lo muestre. Ustedes, los cristales de Luna son videntes, pero son videntes fuertes, ¿o me equivoco?"~"Está bien... Se lo diré" Dice finalmente Aphaia.

-Vampireza- Dije con un tono claro y firme. -Júramelo, júrame que si te devuelvo tu alma, dejarás a Nadya en paz, si quieres te presto mi cuerpo, tiene más poder espiritual del que tú crees.

-Haha, ¿en serio ese pequeño y débil cuerpo tiene tanto poder espiritual como físico? - Dijo la vampireza entre risas.

-Tú eres la que se lo pierde- Dije con un tono desafiante.
-Entonces, déjame, déjame probarte, quiero ver ese poder, muéstramelo.
-Te entregaré mi cuerpo, siempre y cuando no le toques ni un sólo pelo a Nadya. Si quieres mi cuerpo, mi sangre, te lo entrego, pero a cambio no le tocarás ni un pelo a Nadya, si quieres poseer un cuerpo, libre, utiliza a una humana, tú misma lo has dicho, te agradan los humanos.

Dejé mi espíritu y cuerpo libre de candados, salvo ese poder prohibido que me prohibieron utilizar. La vampireza, ansiosa entró rápidamente en mi cuerpo. Me transforme en Maym y salí volando. "Esto es lo mejor... Nady... Una hermana mayor no puede abandonar a su hermanita..." pensé antes de abandonarme a los controles de la vampireza.