Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Suspiré con pesar, me recordaba a mi situación cuando era controlado por Perisa. Agrandé el escudo hasta que nos cubrió por completo, ahí lo dejé mientras nos alejábamos.

-Gracias-murmuré. Dejé de volar en zig-zag y me limité a volar en línea recta. Era imposible que nos encontrara, claro está. Además, el sello limitaba sus poderes de rastreadora, lo que me quitó un peso de encima. Siempre había sido mejor en localizar que ella cuando éramos pequeñas.

-Sabes...no me agrada su manera vampiresa-me quejé.

Reí sin ganas.

- No, a mí tampoco, no te preocupes... -volví a suspirar- ¿sólo nos limitaremos a huír? -pregunté con mala cara-.

El olor de la sangre... Qué rico era. Volé velozmente en zig zag como Nadya y la alcanzé. Ese olor a sangre delataba a ambos. Arranqué su collar del cuello de Nadya. Antes de lanzarlo le dije mentalmente "Discúlpame... Mayhem... Ya no puedo controlarme... Si tuvieran algo o alguien que me diera sangre..." y la lanzé hacia abajo. Reí malévolamente.

Agarré a Nadya por su cuello, sin morderle, pero sujetándome fuerte. Me dirigí hacia una de sus alas y las "rasguñé" para que dejara de volar. Luego me dirigí hacia Calisto y le agarré con mis manos para qu eno cayera.

-Es un estorbo, no puedo beber sangre si no está ella.- Dije algo enojada. Clavé mis finos colmillos en una pata de Calisto, sin intención de pasarle poderes. Quité mis colmillos de su pata.

-¿Huir? Imposible mientras tenga el deseo de beber sangre- Dije con un chorro de sangre callendo de mi boca.

Reliché de dolor- ¡Maya, no eres tú, vuelve por favor! -grité y, por más que me doliera hacerlo, le propiné una patada para que me soltara. Volé en picada tras Nadya, viendo que la vampireza no se acercara. La sangre fluía con fuerza fuera de mi cuerpo a través d ela herisda de mi pata y no podía moverla.

Chillé de dolor, pero me transormé en un fénix. Mi ala era de fuego, por lo que si se acercaba, estaba muerta.

-¡Aléjate, bestia maldita!-exclamé. Con mi grito saltó una llamareada de calor, la cual golpeó de lleno a Rosario en la cara.

-Tú no eres la hermana a la que cuidé, la que vigilé mientras mis padres no estaban. ¡Tú no eres por la que me puse en medio, mientras te lanzaron una flecha!-grité, lastimada por el recuerdo. Quizá recapacitara, quizá no, pero lo dicho, dicho había quedado. Lo siguiente sería buscar a Mayhem.

Me quedé quieto, si me movía me dolía la pata y quería confiar en que Maya volvería de aluna u otra forma.

Extendí mi ala, lanzándole una flama roja con mi ala. Mi intención no era herirla, sino hacerla subir para que no lastimara en lo mínimo a Calisto. Mi fiel consejera, Mayhem, no estaba, y no podía localizarla con la mente.

"Nad..."-sólo Mayhem me llamaba Nad. Abrí mis ojos como platos.-"Quémala. No es su cuerpo, es sólo otra forma de ella. Cuando vuelva, estará a salvo...cuida a Aphaia, sálvala de sus garras...y cuidate tú. Recuerda tu misión..."-susurró con suavidad en mi mente.

"Adiós..."-finalizó.

-¡Noo!-grité, herida en lo más profundo. Mis ojos se tornaron de un color carmesí. Me movía un poder desconocido para mí.

-Tú, bestia maldita que habitas en el cuerpo de mi hermana, has roto mi diamante!-enojada de verdad, con mi forma de águila de fuego la abrazé con mis alas, con intención de quemarla por completo. Lo fui logrando poco a poco.

Soplé sobre su cabello para incendiarlo.

-Muérete!-exclamé.

Me quedé boquiabiert ante la escena, no sabía loq euhacía Nadya.

- ¿¡Nadya, que haces!? ¡NO! -ttarté de volar y alejarla de Maya, pero caí al piso al instante, no podía tomar impulso por la pata herida- Nadya... -.

Esquivé con rapidez el ataque de Nadya, al ver a Calisto caer, fui directamente hacia el para agarrarlo.
-Cali... Lo siento... -Dije mirando su pata. -No fue mi intención... Mi sed de sangre me dominó... Lo siento...- Dije derramando gotas de sangre por mis ojos. Me acerqué a la herida que había provocado en Calisto curándola. Luego caí en picada por el cansancio. Puse a Calisto arriba de mi cuerpo para que no se impactara contra el suelo.

Al impactar mi cuerpo contra el suelo, un charco de sangre salió de mi boca, pero...
-C-ca-cali... Gra-gracias a di-dios est-estás bien...

Y caí en la inconciencia.

Yo seguía tan enojada, que nisiquiera escuché lo que dijo Calisto. El sol se ocultó rápidamente para mí, quizá en realidad fue lento, pero todo sucedía con rapidez en mi mente.

La luna salió en un santiamén, lo que me calmó un poco. Dejé que Maya se ocupara de sus asuntos, al fin que Cali estaba bien. No pude evitar llorar por Mayhem, así que me alejé bastante a vuelvo, aún en forma de fénix. Me gustaba estar así.

Descendí, cuidando el no quemar el pasto. Me transformé en loba y contemplé con fijeza a la Luna...deseando que Mayhem pudiera revivir.

Aphaia despertó de su sueño y buscó a Mayhem. Aphaia cambió de forma. Se transformó en una loba; un pelaje tan blanco como la Luna y tan resistente como el diamante; ojos penetrantes dorados y mechones de pelo plateados.

Aphaia me subió en su lomo y fue tras Mayhem. Corrimos y corrimos, estuvimos corriendo por una hora hasta finalmente encontrarla. Aphaia agarró a Mayhem, cuidadosamente, entre sus dientes.
"¿Estás bien? Maya te lanzó muy fuerte..." Dijo Aphaia preocupada.
"No te preocupes, estoy bien, antes de lanzarme con sus últimas fuerzas de voluntad puso un escudo de tierra alrededor de mi cuerpo..." Dijo Mayhem preocupada.

"Gracias a dios... Me disculpo por Maya... Se vé que Jami le pasó sus poderes, la mayoría pero... Se quitó las ganas de beber sangre pasándoselas a Maya... Por eso no pudo controlarse... Sinó todo hubiera seguido como antes... Ella controla a la perfección los poderes y la sed de sangre, de echo nunca le dieron ganas pero..."
"Lo sé... Esas ganas de sed de Jami se trasladaron a Maya... Lo sé. Pero ella no quería..."

Aphaia se incorporó y comenzó a correr a la dirección en la cual estaba Nadya.

~Cuando encontramos a Nadya~

-¡Nadya!- Gritó Aphaia. -Aquí está Mayhem... Está bien, ni una sola grieta... Maya le puso un escudo de tierra para protegerla del impacto...- Dijo dirigiendo mi mirada hacia mí.-Y no preguntes cómo ni porqué cambié de forma...

Aphaia dejó cuidadosamente mi cuerpo sobre el pasto... Un chorro de sangre corrió afuera de mi boca y una lágrima recorrió mi rostro sin darme cuenta.

Me limité a tomar a Mayhem, colocarla de nuevo en mi cuello y salir volando lejos de ahí, aún en forma lupina, pero con alas.

Llegué a una cueva en una montaña cercana. Entré ahí, y sellé la entrada.

"¿Sigues enfadada con Maya?"-preguntó Mayhem con voz inocente.

Solamente asentí con la cabeza, regresando a forma equina.

Me tumbé en un rincón de la cueva, a dormir lejos del claro.

Mi cuerpo se volvía cada vez más y más frío. Con mis últimas fuerzas, abrí mis ojos y comenzé a escribir con mi sangre unas oraciones...

"Nadya... Lo siento por Mayhem... Por lo menos pude ponerle un escudo para que amortigue la caída... Gracias a dios que está bien... Igualmente para tí..."

"Cali... Lo siento muchísimo por aquello. Pude curarte esa herida... Seguramente ahora ya vas a estar bien... Y no te preocupes por eso que llevas dentro de tí... No va a salir..."

"Zashee... No te sientas culpable porque no pudiste hacer nada... Si hubieras echo algo hubieras muerto desangrado... Probablemente."

"Y mis últimas palabras, ni se les ocurra llorar cuando estén leyendo esto, o cuando hayan terminado... Y no vean mi cuerpo, no lo hagan... T^T..."

Y caí, casi muerta, en el suelo, esperando poder morir finalmente en paz...

"Pues muy mal hecho"-susurró Mayhem en medio de mi sueño.

-¿Por qué?-pregunté en sueños.

Ella me llevó hacia donde estaba Maya. Proferí un grito ahogado.

Desperté y salí de la cueva, retirando el sello. Volé en forma lupina hacia donde ella estaba, moribunda y en forma humana.

Lo único que pude hacer fue tumbarme a su lado. Yo no podía curar a nadie, mis poderes se concentraban más en la fuerza bruta, no en lo mítico.

-Lo siento, hermana-susurré, procurando que mi voz no se escuchara ahogada.

Escuché una voz cálida en mis sueños... ¿Quién era...? ¿Quién...? Aparecí en el cielo. En unas nubes estaba yo, sí arriba. A mi lado estaban... ¡¿Mis padres...!? ¿Y Nadya? Sí... Nadya... Nadya estaba pidiéndome perdón.

Desperté de mi sueño como pude. Sentía mis parpados muy pesados, pero aún así abrí mis ojos. Ví a Nadya tumbada a mi lado... Me acerqué y le abrazé como pude...

-N-na-nady... Lo si-sien-siento... F-fu-fue mi cul-culp-culpa... Y dis-discul-disculpá q-que t-te ab-abraze en es-esta for-forma...- Dije dejando que mis lágrimas salieran libremente de mis ojos.

Coloqué mi pata en su cabeza, ayudándola a pasar de nuevo a forma equina.

-Shh, ahorra energías. No hables-indiqué. Me concentré en hacerla pasar de nuevo a su forma de yegua.

Lentamente mi apariencia fue cambiando, fue convirtiéndose más equina, hasta que finalmente fue equina pro completo ~Maya~.
Miré a Nadya y luego miré el cielo estrellado... Luego miré a la Luna y otra lágrima recorrió mi rostro.

-N-nad-nady...- Dije tartamudeando.

Cerré mis ojos... Sentí... ¿Qué era esta sensación...? Sentía como si fuera recuperando lentamente mi fuerza vital. "Maya... Es la Luna... La Luna no quiere que mueras..." Dijo Aphaia. "Eres muy importante para ella... Para la Luna... Muy importante... Y también eres importante para el Sol... Mira... Se está formando un Eclipse...".
Levanté con menos dificultad mis párpados... ¿La Luna y el Sol...? ¿Están... Preocupados por mí...?

-Cómo no iban a estarlo?-susurré. Miré el eclipse lunar...la luna fue tornándose lentamente a un color rojizo, tanto como la sangre.

¿Qué le sucedía a la Luna...? Estaba tomando, lentamente, un color rojo carmesí... El color de la sangre...

"Maya... ¿Estás bien...? ¿Maya...?" Escuché una voz amable, melódica, tranquilizadora, dulce. "Soy yo Maya... Soy tu madre..."~ ¿Mi madre...?~"Soy yo... La luna... ¿No te acuerdas de mí...?".

En ese momento un cristal de Luna se dirigió hacia mí. Caía en picada, pero se detuvo y cuando estubo frente a mí cambió de forma; hora era una hermosa unicornia. Era blanca como la Luna, con crines plateadas, mechones de dorado; su pelaje tenía 8 manchas, parecían cráteres; formaban un círculo en su grupa.

-¿Qué te ha sucedido, mi amor?- Dijo con una voz dulce y melódica.
Se acercó hacia mí y me abrazó con su cuello.
-Mamá...- Comenzé a llorar, pero había esforzado demasiado mi cuerpo para que esté despierto, por lo que caí en los brazos de mi madre... La Luna, inconsiente.

-Cómo no iban a preocuparse por...su hija-musité en voz baja y me puse de pie. Aquello era digno de ser contemplado.

Sentí la fuerza de mi madre fluyendo dentro de mí. Estaba devolviéndole fuerza a mi espíritu, alma, cuerpo y mente. Abrí mis ojos. Estaba en los brazos de mi madre... Qué cálida era... Ví a Nadya parada allí, observándo. No sé cómo, pero pude ver que tenía muy poco poder vital... Estaba a punto de caer de cancancio.

-Mamá... Espera un momento aquí.- Le dije amablemente a mi madre. Me levanté y apoyé mi hocico en el pecho de Nadya y le pasé poder vital. -Con esto será suficiente ¿verdad...?- Dije melódicamente. Me recosté junto a mi madre y cerré mis ojos.

Asentí con la cabeza, con una sonrisa gigantesca en mi rostro. Me daba miedo acercarme a la Luna...la reina de la noche. Mayhem brilló, como saludando a su señora.

Mi madre miró a Nadya con dulzura.
~No tengas miedo... No muerdo, ni tampoco hago daño~ Dijo soltando una risita.

Me levanté, puesto que mi madre hizo lo mismo. Se acercó a Nadya y le abrazó.
~Todos los animales que existen... No deben temerme... Puesto que soy como una madre para ellos... Tú estás incluida~ Dijo melódicamente la Luna. ~Debo volver... Tu padre quiere verte también, Maya...~ Al terminar esa frase, una luz envolvió a mi madre, y saltó hacia el cielo, fusionándose con la Luna que estaba en aquel cielo. Más tarde, una rayo de luz se acercó hacia mí. Se transformó en un indomable pegaso ~macho~; sus alas eran del color del Sol, siempre cambiando de naranja a amarillo, de rojo a naranja. Sus crines eran parecidas al fuego, pero no quemaban; y su pelaje era rojo; con 8 manchas con forma de una llama formando un círculo.

~Haz crecido bastante... Nadya...~ Dijo el Sol, mi padre, seriamente, pero con una sonrisa pintada en su rostro.

Tragué saliva y me clavé más en la tierra. Del puro susto pasé a forma lupina, la que tomaba en caso de alarma.

No entendía nada de lo que me decían los astros reyes, ni tampoco podía leer con claridad su mente.