Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

--No me las des aún...Solo tengo...una Gema de Alma. Solo existe una cada vez.-- Me armé de valor y dije, apagando toda la luz que tenía.--Puede salvar a uno de los dos. Pero no...a ambos. Es una injusticia pero...así es. Lo siento, realmente lo siento muchísimo. He hecho lo que he podido.

Al escuchar eso, me reí, cerrando mis ojos rojos.
-Dásela a Zashee... La merece más que yo...- Dije echándome hacia un costado.

Cerré los ojos, pero por una extraña razón aquella alegría seguía ahí. Uno de mis hermanos, Cane, se acercó con paso lento, pero firme y decidido, haciéndose visible para Aionhai por primera vez.
-Me ofrezco yo-murmuró.-Soy un demonio, igual. Nací corriente, pero la espada maldijo mi corazón. Puedes detectarme como tal, estoy seguro. Que Maia se salve-anunció, fijando su mirada sobre la yegua blanquecina. Aquel comentario me dejó muda y perpleja. ¿Se sacrificaba por "la comadreja"? Contuve mi llanto como pude, cerrando los ojos con fuerza.

Abrí mis ojos como platos, negando la cabeza (e.e estoy transformada en vampira).
Me levanté bruscamente.
-No... No Cane, por favor...- Le pedí.

--Eso es algo que tendréis que decidir entre vosotros. Si tan seguro estás, adelante, avisaré a Antoriel y al resto de los Angelos pero...si se puede, no quiero que nadie muera. No en estas circunstancias. Quizá haya algún otro objeto o algo así...Algo como la Gema del Alma.

Miré a Maya. Su forma de vampiro me impulsaba a atacar pero sabía que ella era de buen corazón.

--¿Tus padres podrían ayudarnos? Y...¿no tienes otra forma? Odio a los vampiros. Para coseguir esta gema tuve que matar a tres.

Miré algo sorprendida a Aionhai y bajé mi mirada.
-Pues es mejor que no me odies, soy el Huevo de la Reina vampírica...- Murmuré en su oído. Cambié a mi forma normal, una yegua árabe blanco puro.
-Mis padres no pueden ayudarnos, que yo sepa.- Dije levantando mis orejas.

-Su tiempo es limitado en otras formas, de todos modos. Y respecto a lo de mi hermano...-incliné la cabeza y mantuve mis orejas gachas.-Creo que no hay otra opción-murmuré por lo bajo.

-¡No!- Grité tristemente.
-Ni se te ocurra...- Gemí.

--Así sea...Vamos, si me seguís, volveremos con Antoriel y con el resto.

Alcé mis alas y me elevé a escasa altura. Miré a Maya, sonriente.

--Eso está mejor pero...¿qué es eso del Huevo de la Reina Vampira? Veo que me he perdido muchas cosas...

-Como no tienes una idea-me quejé por lo bajo, tomando forma lupina y volando a su lado, con mi pelaje plateado reflejando en él todos y cada uno de los suaves rayos de sol del mediodía. Cane me seguía sin decir palabra, y a su lado iba Daemon.

Miré a sus ojos y luego a los de Maya. Agité mucho mi cabeza y, murmurando, me tumbé en la hierba, agotado.

--No puedo mantener más esta farsa...¡No puedo! No sé si lo debería hacer pero...creo que es justo. Os tengo que confesar algo.

Descendí a su lado, planeando con cuidado para no caer y lastimarme.
-...¿sí?-pregunté, algo confundida y alarmada por su repentino cambio de actitud. Lo miré fijamente a los ojos, intentando descifrar el tumulto de pensamientos rondando a su alrededor.

Alzé vuelo sin alas, pero le resté importancia.
-¿Confesar?- Pregunté poniéndome a su lado.

Me quedé con mis ojos abiertos como platos.
-¿Era mentira...?- Dije mientras mis ojos se tornaban Negros, mezclados con algo de rojo.

--Era todo mentira. Todo el mes he estado dándole vueltas a esto. Ahora soy un traidor pero creo que es lo justo... Antoriel está decidido. Matará a cualquiera que se interponga.

Algo resonó detrás de unos arbustos, no muy lejos...Olía a metal.

Olí aquella esencia a metal... ¿Espadas? ¿Lanzas? ¿Qué era? Ví una luz que se dirigía al cuerpo de Aionhai, pero me interpuse y algo se clavó en mi estómago.

-Tch... ¿Qué es..?- Gemí

Uno de los soldados de Antoriel apareció. Era un Bianco Angelo de armadura blanca y el escudo colocado protegiéndole las alas. Portaba una lanza adornada con plumas con la que había atravesado a Maya y, no contento, la giraba en el interior de ella y, con cada giro, movía el mango y sonaba un rugido mecánico hasta que la lanza, impulsada por gas, salió volando de las manos del Bianco Angelo y se dirigió, con la punta por delante, contra Nadya a agran velocidad arrastrando a Maya, empalada, con ella.

Me transformé en vampira y pateé con fuerza la lanza, rompiéndola en mil pedazos.
-No te creas que los vampiros sólo chupan sangre, también tienen una fuerza demoníaca.- Dije mientras mis heridas curaban rápidamente.

Agarré al Bianco Angelo por el cuello, ahorcándolo.
-¿Y...? ¿Para qué has venido? No me digas que para matar a Aionhai.- Dije levantando una ceja, mientras acercaba mis colmillos a su cuello.

El Bianco Angelo no dijo nada. El escudo de sus alas retornó a su brazo izquierdo. Era un escudo con dos puntas amenazadoras y lo usó para clavarlo de nuevo en Maya, librándose de su presa y retrocediendo dos pasos. Levantó su mano derecha y aparecieron unas plumas que brillaron formando una nueva lanza, que comenzó a rugir de nuevo con sonido mecánico. A través de su casco blanco miró a Maya y, con voz extraña dijo.

--Retírese y no saldrá herida.

--¡Es un Bianco Angelo de combate! ¡Está entrenado contra fuerzas demoníacas!--Dije, pero no me veía capaz de atacar a un ángel, a uno de los que juré lealtad.

Retrocedí un par de pasos, adoptando la forma de jacal metálico. Aquella forma estaba igualada a fuerzas en comparación al bianco angelo, gracias al poder que le había otorgado Cane. Lo fulminé con la mirada, no quería atacarlo de ser posible, pero de todos modos sabía que podría resistir algún ataque suyo, muy probable.

El Bianco Angelo miró a Nadya, sabiendo que ella era psíquica ý pensó.



´´Lo siento. Solo cumplo órdenes. Somos ángeles. No matamos a nadie. Es...una prueba. No digas a nadie que te lo he dejado ver´´



En Bianco Angelo alzó su escudo para taparse la cara y luego cargó la lanza y se lanzó contra Nadya, esta vez agarrado a ella y con el escudo colocado como impulsor en las alas. Una psíquica inteligente podía ver una cosa. Aquellas lanzas tenían la punta de metal normal y no de acero divino de manera que las heridas que infligiera no sería nada para criaturas poderosas.

-Lo sé Aionhai, pero no soy tan fácil de vencer, ¿vamos Nadya?- Pregunté sacando aquella armadura de mi espalda.

Le agarré una vez más del cuello, clavándole mis garras (eh...?) y provocando que sangre. Agarré una gota y la pus en mi lengua, la cual enrojeció.

-No importa qué tipo de ángel seas, a mí no me podrás matar- Dije mientras lentamente mi apariencia cambiaba nuevamente. Las alas se transformaron en una cola hermosa y suave, y unas orejas del mismo color crecieron.

-Ahora no soy ningún demonio, soy una simple loba transformada en humana.- Dije riéndo.

Pude percibir cada detalle, parte por lo que vi por mis propios ojos, parte por lo que sentí gracias a mi don. Seguí actuando normal: asustada, con coraje, y con ganas de defender a los míos, alzando una pata metálica para detener aquella flecha, a sabiendas de que no me haría nada. Con mi cola hice una especie de jaula alrededor de nosotros, para que nadie pudiera intervenir...ni saliera herido "por accidente". Tiré a Maia al suelo con un simple movimiento de mis garras, manteniéndola inmóvil mientras contenía al angelo.

El Angelo golpeó con su escudo a Nadya e, invocando otra lanza, la clavó con furia en el cuerpo de Maya. Cuando el enorme escudo de acero divino se apartó de sus ojos la voz de nuevo se oyó en la mente de Nadya.



´´Ha de ser Aionhai el que actúe. Tiene que ver el sufrimiento. No te he dicho nada´´



Tras decir eso el Bianco Angelo lanzó su escudo propulsado contra Nadya golpeándole en pleno rostro, invocó otra lanza y la hundió en el cuerpo de Maya.