Recuerdo del primer mensaje :

Actualmente es: AMANECE


Bienvenidos a la zona de role play!
En este thread irá todo el role DE FANTASÍA.
He aquí el formulario de la ficha, que tendrás que llenar y enviarme por MP antes de poder participar en el role:

Nombre de usuario:
Nombre del personaje:
Características:
*Historia:

*=opcional. Si escribes algo, no te explayes mucho o los demás no tomarán el hilo y se brincarán esa parte. No hay humanos en la historia, así que favor de no incluirlos

La historia se irá haciendo, y se irá actualizando aquí abajo para que los que se vayan integrando vayan agarrando el hilo.
El role se irá creando, pero comenzará siendo todos unos desconocidos con todos. Los mensajes del role van aquí.

Claro, no me dolió en lo más mínimo, pero hice gesto de dolor tal que bien podría engañar a cualquiera que me viera incluso de cerca.
Obedecí las palabras del Angelo, aunque no supiera ni el por qué, retrocedí, gimoteando levemente a causa del dolor...fingido, claro, pero lo actué tan real que terminé por creérmela yo misma.
-¡Maya!-chillé al ver la lanza. Aparenté que mi pata derecha había sido bien herida por la lanza, por lo que no podía moverme para defender a mi hermana.

-Tch... Eso dolió demonio, sí, alguien como tú no debería dañar a las criaturas inocentes.- Dije cerrando mis ojos, transformándome nuevamente en vampira para que mis heridas curaran velozmente.

Me puse adelante de Aionhai, mirando al angelo.
-Por tu mirada veo que quieres que él sufra ¿o me equivoco?- Dije alzando una ceja.

Reí, entre gimoteos y llantos.
-No, te lo aseguro. He leído su mente-me quejé en voz baja, arrastrándome al lado de Maya como pude sin decir nada. Me limité a contemplar la escena.

El Angelo invocó una nueva lanza y ésta iba directamente a la cabeza de Maya. Letal. Alzó el arma en el aire e invocó otro escudo. De repente una sombra negra apareció frente al Bianco Angelo. Era un humano vestido con una armadura blanca de metal, la luz solo le iluminaba parte del rostro, tenía ojos negros y dos cicatrices pequeñas bajo un ojo.

Este individuo le arrebató la lanza de las manos al Angelo y se la clavó en el pecho. La punta de la lanza atravesó al Bianco Angelo de lado a lado y, tal y como hacía él, cargó la lanza girándola y luego la dejo ir. La lanza, impulsada por gas, salió por los aires llevando a Angelo consigo por los cielos. Se oyó una voz en la mente de Nadya.



´´Está hecho. Gracias. Lamento cualquier molestia. Actuad, por favor, para que la prueba se complete.´´

La lanza no le había hecho daño aunque parecía lo contrario. El ser humano de repente cayó al suelo y la luz le cubrió. Cuando ésta se disipó solo estaba Aionhai, inconsciente.

-¿Aionhai?- Pregunté dirigiéndome a él, esta vez en mi forma equina.
-¿Estás... Bien...?

-¡Aionhai!-exclamé con resuello, levantándome de inmediato pues sabía que no notaría tanto si estaba bien o no. Pasé a forma equina, lo que solía hacer cuando estaba sumamente herida, y camuflé en mi forma una o dos heridas que me atravesaban el cuerpo. Fue ahí cuando más agradecí el poder cambiar mi forma a mi antojo, pues a ser sinceros, la herida se veía tan real...
-Vuelve-pedí, zarandeándolo levemente con mi morro.

Me desperté lentamente. Inmediatamente recordé todo lo del Angelo, mi confesión y mi traición.



--¿Nadya? ¿¡Qué ha pasado!? ¿¡Estáis bien!? ¿Dónde está el Angelo...?

-Eh...más o menos...-susurré, en voz apenas audible pero no por gusto, sino por fingida debilidad.-Ése Angelo...se fue, es realmente fuerte...-mascullé en voz baja, apegándome a la palabra del Angelo.

-Estamos bien, tranquilo... Un ser humano con armadura... Apareció y le clavó su propia lanza en el pecho y se fue...- Murmuré.
-Luego desapareció y apareciste tu...

--¿Un ser humano con armadura...? ¿Pero quién? ¿De dónde...? ¿Una armadura? ¿Quién era?



Estaba confuso. La imagen de un ser humano con una armadura y una lanza en la mano me era muy familiar. Demasiado familiar..

-No lo sé...- Dije.

Los miré con curiosidad, no sabía que pasaba, me levanté al cabo de un rato y fui a pastar

-En fin... Vamos al lago así nos bañamos y refrescamos un poco...- Sugerí levantándome y yendo al lago.

-Aunque creo que lo digo por mí, estoy manchada en mi propia sangre- Dije en son de broma.

Miré con curiosidad a la yegua que fue hacia en lago, me acerqué poco a poco y dije en tono suave y flojito
-Puedo...?

--Esto se está poniendo muy raro...Y yo...yo he traicionado a los míos...



Lejos de allí pero, contemplando la escena, había un ser que sostenía una espada. De repente en arma comenzó a vibrar y a escupir fuego.

-No te preocupes, Aionhai-murmuré, levantándome al instante y en guardia en cuanto vi aquella arma. Retomé mi forma de jacal metálico con una rapidez casi increíble, pues en realidad estaba más fresca que una rosa al amanecer.

--¡¡¡TRAIDOR!!!--Chilló Antoriel en los cielos. --¿¡Acaso has olvidado el juramento, Aionhai ´´El Castigador´´!? ¡Te has puesto del lado de los demonios que juraste destruir! ¡Nos has traicionado! ¡Y mereces un castigo aún mayor que el de los demonios!



Su espada flamígera ardía con furia y esta vez era una arma real.



--Los demás, apartaos o morid...--Dijo, con toda tranquilidad, como diciendo algo evidente. El Alto Angelo descendió y se posó en tierra, colocando su escudo en su antebrazo. Este también era un escudo real y se protegería con él de cualquier ataque.

No, no lo dejaría morir. Me interpuse entre el arma de Antoriel y Aionhai, tomando entre mis dientes largos y finos aquella espada, guardando un gemido de dolor al tomarla; pero me contuve. Arrojé lejos la espada, haciéndole de custodia.
-¿Y tú? Te has valido de la voluntad de un siervo tuyo para llevar a cabo toda una mentira, un engaño. Decías hacer una cosa, ocultando detrás de ella otra aún peor. ¿Y lo llamas a él, un traidor?-lo fulminé con la mirada, esperando pacientemente su turno de "ataque". Sabía que de llegar a combate limpio terminaría completamente muerta, pero poco me importó en realidad.
-Fingir reforzar el sello, alimentándote tú mismo de una muerte vana...conoces perfectamente el corazón de tu víctima, ¿y osas sojuzgarlo?-alcé una ceja.

Asentí con la cabeza, en mi forma equina.
-Sinceramente Nadya tiene razón, aparte... Nos has mentido y lastimado, sólo por una "pequeña" mentira, para ocultar tus verdaderas intenciones.- Dije alzando una ceja al igual que Nadya.

-Tú no tienes derecho a ser un ángel, si matas a uno de los tuyos, mintiendo y ocultándote detrás de tus mentiras para ocultar tus intenciones. Me das lástima Antoriel...- Dije decepcionada.

Me puse atrás de Aionhai, haciendo de retaguardia por si Antoriel atacaba. Lanzé un relincho y mis padres aparecieron al lado de nosotr@s mirando al angelo.

--Como ángel mi deber es matar a todo demonio y a sus aliados. No entendéis nada de mi misión así que no oséis ponerla en entredicho.

Antoriel no se amedrentó lo más mínimo. Se limitó a alzar la mano y la hoja flamígera volvió a ella. Con un rápido gesto atacó a Nadya. El envite del arma sería mortal pero el Angelo no hizo más que rozarla. A través de su casco, que cubría por completo su rostro y sus ojos, lanzó una significativa mirada a Nadya y la apartó con el escudo. Desapareció de repente dejando solo unas plumas y luego apareció en el acto frente a Maya.

--No toleraré que juzges si soy digno o no de mi cargo. Eso ha sido una ofensa a mi y te la haré pagar seas hija de quien seas.



Aionhai bajó la cabeza. No se había sentido tan aceptado y querido, además de protegido, por otros en su vida. Se acercó a Antoriel por detrás lentamente, dudando, luchando contra sí mismo.

Detuve en el acto a Aionhai.
-Esta es mi pelea.- Murmuré, luego proseguí seriamente. -Nunca dije que me importara que sea hija de el Sol y la Luna, ¿acaso yo lo dije?- Dije mirándole desafiantemente, transformándome en vampiresa y agarrando la hoja flamínguera. y colocándola justo en frente de mi pecho.

-Yo tomaré su lugar, no me importa si muero, pero ni se te ocurra tocar a las personas importantes para mí, ¿entendiste?- Dije clavando muy lentamente la hoja flamínguera en mi pecho.
-Por cierto, si realmente si no entendemos tus razones y tu deber, deseo que me lo expliques, es mi último deseo antes de morir.- Dije sonriendo.

Antoriel apretó los dientes bajo su casco y miró a Nadya, seguro de que ella sabía la verdad. Lentamente susurró a Maya, con una voz mucho más dulce de la que había mostrado.

--No lo hagas. No seas tonta. Esta espada es de verdad. Te hará daño real. ¡Esto es una prueba para Aionhai!

El Alto Angelo lanzó una mirada a Sol y Luna pese a su casco. Tampoco sabían la verdad. En voz alta, dijo.

--No eres un ángel. Explicártelo sería en vano¡Tu sacrificio será en vano, Maya! ¡Mataré a todo demonio igualmente y quien se alíe con ellos! Mas cumpliré tu deseo si así lo quieres...

Clavé aquella espada más ondo.
-¿Cuando dije que era un ángel? ¿Cuándo dije que no sabía que esta espada es real? ¿Es una prueba? ¿Seguro?- Dije lanzando muchas preguntas a la vez.
-Entonces, PRUÉBAMELO. Pruebame que es una prueba para Aionhai.- Dije sacando la espada de mi pecho.

-Dejaré que le hagas la prueba, pero una sóla herida, o lo llegas a matar y tú estarás muerto.- Dije mientras mis padres desaparecían como dos pequeñas lucesitas.

--No te has enterado de nada. Has destrozado completamente la prueba...Bueno, no tienes la culpa. No la conocías...Debe ser él quien se atreva...-- Susurró Antoriel. La espada desapareció de su mano como un torbellino de espadas y plumas y apareció una nueva, de aspecto más terrible aún. El Alto Angelo chilló.

--¡¡¡MUERTE A LOS HEREJES!!!-- Y hundió la hoja en el pecho de Maya. Pero la hoja no le hizo daño porque era falsa.

Me dí cuenta de aquello, de que aquella espada era totalmente falsa, por lo que le seguí la corriente y me tiré en el suelo haciendo que estaba "desmayada" o mejor dicho muerta.